Una mujer tetrapléjica consigue mover con la mente un brazo robótico

Jan Scheuermann es una mujer de 55 años Pittsburgh (Estados Unidos), que padece    una enfermedad neurodegenerativa llamada degeneración espinocerebelosa que ataca directamente a las neuronas del cerebelo, haciendo que estas se deterioren y mueran. Poco a poco fue perdiendo el control motor en su cuerpo hasta que en el año 2003 se quedó paralizada desde el cuello hasta los pies.

Gracias a investigadores de la Universidad de Pittsburgh, esta mujer con tetraplejia desde hace ya más de 10 años ha conseguido controlar los movimientos de uno de sus miembros superiores con sus pensamientos y un brazo biónico, todo gracias al trabajo que durante años lleva haciendo un grupo de investigadores de la Universidad de Pittsburgh, y que ahora se ha publicado en la revista científica ‘Journal of Neural Engineering’.

En 2012 es seleccionada para participar en una investigación
Tras ser elegida para un estudio de investigación estadounidense en 2012, Jan se sometió a una cirugía en la que se le implantaron dos rejillas de electrodos de unos seis milímetros cada uno con 96 pequeños puntos de contacto en las regiones de su cerebro que eran responsables de los movimientos de los brazos y las manos.

Después de conectar las rejillas de electrodos del cerebro de Jan a un ordenador, los científicos diseñaron una interfaz cerebro-máquina (BMI, por sus siglas en inglés), mediante el cual los 96 puntos de contacto individuales recogieron pulsos de electricidad que fueron activados entre las neuronas en el cerebro de Jan. Se emplearon algoritmos informáticos para descodificar estas señales e identificar los patrones asociados con un movimiento del brazo en particular, como levantar el brazo o girar la muñeca.

Simplemente, con el pensamiento de poder controlar sus movimientos de los brazos, Jan fue capaz de hacer que el brazo robótico alcanzara objetos y se moviera en una serie de direcciones y doblara y girara la muñeca.

Dos años después de los primeros resultados, los científicos de la Universidad de Pittsburgh han demostrado ahora que Jan puede maniobrar con éxito el brazo robótico en otras cuatro dimensiones a través de una serie de movimientos de la mano, lo que permite una interacción más detallada con los objetos.

Programa de realidad virtual para calibrar el control del brazo robótico
Los investigadores utilizaron un programa de realidad virtual para calibrar el control de Jan sobre el brazo robótico y descubrieron que es crucial incluir objetos virtuales en este periodo de formación con el fin de permitir la interacción fiable en tiempo real con los objetos.

En lenguaje científico, si hasta hace unos meses la capacidad de maniobra del brazo robótico era de siete dimensiones (7D), ahora ha pasado a 10 dimensiones (10D). Traducido significa que Jan ya no solamente limita sus movimientos a sujetar y agarrar, sino que también puede extender y doblar cada uno de los dedos de la mano artificial. “El control 10D permitió a Jan interactuar con objetos de diferentes maneras, al igual que las personas emplean sus manos para recoger objetos en función de sus formas y lo que pretenden hacer con ellos”, explica la coautora del estudio Jennifer Collinger, que además espera poder “repetir este nivel de control con otros participantes y hacer el sistema más robusto, de forma que las personas podrían beneficiarse algún día utilizando las interfaces cerebro-máquina en la vida diaria”.

La propia paciente, Jan Scheuermann, celebra el avance, y es que en palabras suyas, “este estudio ha enriquecido mi vida, me ha dado nuevos amigos y compañeros de trabajo. Me ha ayudado a contribuir a la investigación y me ha servido para tomar aliento. Voy a dar gracias a Dios todos los días por haber llegado a ser parte de este equipo”.
..Emilio Ramirez

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