En pleno debate acerca de las implicaciones de la microbiota intestinal en el desarrollo de múltiples patologías, la esofagitis eosinofílica —una patología de reciente aparición, ya que se caracterizó hace solo 20 años, y cuyo origen se sospecha asociado a medios excesivamente estériles— ha sido uno de los temas protagonistas de la 11º Reunión de Controversias y Novedades en Alergias (CYNA). Identificada en sus comienzos con el reflujo gastroesofágico, la detección de eosinófilos en las biopsias de estos pacientes acabaron definiendo esta enfermedad inflamatoria del esófago como una entidad separada. Provocada en la mayoría de los casos por la ingesta de leche, huevos o trigo, estudios recientes sugieren un papel muy limitado de la inmunoglobulina E (IgE) —mediadora de la mayoría de las alergias— y “un papel más relevante de la IgG4 tisular”, explica Alfredo Lucendo, responsable de Digestivo del Hospital de Tomelloso. En cuanto al origen de esta “enfermedad de Occidente”, la investigación apunta a solo un 15 por ciento de explicación genética, lo cual deja un 85 por ciento de la probabilidad a causas ambientales. (Gaceta Médica)