En uno de sus arrebatos cuando, desde el resto de la Junta Directiva del Colegio de Médicos de Madrid, se puso de manifiesto su actuación torticera, la presidenta, Sonia López Arribas, decidió llamar a la policía con la excusa de que se le estaba faltando al respeto; personados en la sede colegial unos agentes y a la vista de que no encontraban nada digno de tener en cuenta, la propia presidenta volvió a llamar a comisaría para retirar la denuncia. Lo que, según parece, López Arribas considera falta de respeto fue, entre otras cosas, que se pusiera en evidencia que, incluso, hubiera votado en contra de una propuesta hecha por ella porque no se le había facilitado suficiente información. O dudar de que, en contra de lo que dicen los estatutos colegiales sobre el nombramiento de compromisarios por parte de las candidaturas presentadas a las elecciones, pueda ‘exigir e imponer’ ella a su gusto la lista de compromisarios por su candidatura porque las cosas han cambiado y allí manda ella. Sin obviar algunas insinuaciones en contra de los trabajadores del centro. (Acta Sanitaria)