Con la certeza de que tienen la razón, batallando para encontrar la forma de que se reciba su mensaje, funcionarios de salud pública están exasperados por su incapacidad de persuadir a más padres estadounidenses a que vacunen a sus hijos. “Pienso que todos estamos algo frustrados”, dijo Stephen Morse, un experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Columbia. “Como científicos, somos probablemente los menos equipados para saber cómo hacer esto”. Los funcionarios dijeron que están lidiando con una pequeña minoría de padres que están mal informados —o meramente son obstinados— respecto al riesgo de las inoculaciones. Los padres dicen que han realizado su propia investigación y que creen que los riesgos son mayores a lo que admiten las autoridades de salud; ellos simplemente están tomando sus propias decisiones médicas, señalan. La mayoría de los padres sí llevan a sus hijos a vacunar, y las tasas de vacunación nacional para asistentes al jardín de niños siguen estando arriba de 90%. Los expertos ni siquiera están seguros si la cantidad de familias que no vacunan a sus hijos está creciendo de manera significativa. (Yahoo!)