Telemedicina como soporte del SNS ya está preparada para ser una realidad

La Telemedicina lleva camino de convertirse muy pronto en un gran auxiliar de la medicina presencial, la del “cara a cara” entre médico y paciente y, muy especialmente, un seguimiento sencillo para los crónicos, que cada vez tienen un capítulo mayor en los presupuestos del SNS.

En un informe, amplio y pormenorizado realizado en 2012 por un equipo de siete científicos pertenecientes al Centro de Ciencias Humanas y Sociales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, entre los que se encuentran los doctores Antonio Abellán García, Gloria Fernández-Mayoralas Fernández y Julio Pérez Díaz, se especifica expresamente su utilidad para evaluar en toda su amplitud la demanda de una empresa privada dedicada a la prestación de cierto tipo de servicios sanitarios, que deseaba conocer de primera mano, la calidad de los mismos, el grado de satisfacción de los pacientes crónicos y sus costes reales.

En un sentido amplio la Telemedicina es la prestación de cualquier servicio de asistencia sanitaria utilizando las tecnologías que aportan los últimos adelantos de las telecomunicaciones, que por derivación puede llegar también a conocerse como “Telesalud”, referida a cuando un enfermo se encuentra lejos de su médico o especialista habituales. Se considera también como parte de la Telemedicina o la Telesalud, según la ATA (American Telemedicene Association), las videoconferencias de imagen, los portales de salud o las telemonitorizaciones de las constantes vitales del enfermo.

A pesar de estos datos y considerarse que su utilización es una auténtica inversión en salud, según manifestó en 2010 la sociedad inglesa “Kidholm”, la telemedicina es todavía una metodología prometedora, no suficientemente probada todavía.

La Telemedicina, como sucede con otras metodologías de cualquier terreno científico, debe pasar todavía por el campo de pruebas inevitable de que su utilidad es superior al sistema que actualmente se encuentra establecido y someterse a las pertinentes revisiones que demuestren realmente su eficacia.

Así se expone se expone con claridad en el informe citado realizado por los siete científicos del CSIC en el que minuciosamente se describen los procesos de estudio y revisión empleados para la preparación del mismo, que partió del trabajo inicial de acopio de material documental sobre telemedicina y asistencia a enfermos crónicos, extraído de la abundante literatura científica que actualmente existe, utilizando como punto de partida el PORMED, repasando sus resúmenes para extraer las conclusiones pertinentes sobre los beneficios y problemas que esta puede plantear, realizando para ello hasta 70 sistemáticas revisiones sobre la conveniencia o no de su implantación, incluyendo aquellas cuestiones o aspectos que se consideren como nuevos o emergentes, teniendo en cuenta también los exigentes criterios o valoraciones científicas realizadas en 1995 por Joel y Navarro Rubio.

De esta forma, las conclusiones que sacaron sobre la efectividad de las evaluaciones clínicas obtenidas a través de la utilización de la Telemedicina, se centraron sobre todo en su posible beneficio, analizando al mismo tiempo el campo de los posibles problemas que con ella se podrían tener, no solo para la teletransmisión de valores biológicos, sino para la telecomunicación paciente-personal sanitario.

La publicación en 2010 de Ekeland supuso una buena síntesis sobre el tema de lo que entre los años 2005 y 2010 se había ya realizado en este sentido.

Como colofón del estudio se presentaron los beneficios y los problemas detectados que conllevan.

Beneficios

  • Efectividad clínica en problemas cardiológicos y de diabetes, en patologías respiratorias, rehabilitaciones tras un infarto, en salud mental general, intervenciones quirúrgicas realizadas en persona mayores con problemas crónicos, prometedoras en abusos de alcohol y obesidad, así como prometedoras en el descenso de visitas y estancias hospitalarias, ingresos o a los servicios de urgencia, así como una mejora en el control de la calidad de vida de los pacientes.
  • La Telemedicina, además, se muestra específicamente efectiva en las intervenciones cardiológicas y en el control de la diabetes, dado que la monitorización remota y el soporte telefónico han mostrado su eficacia en la reducción de la hospitalización y en las visitas posteriores a los servicios de urgencia.

Problemas detectados

  • Algunas revisiones consideran que los beneficios aún no están suficientemente probados y no se han evaluado todavía los resultados colaterales que rodean al paciente en el trato “cara a cara” con el médico o el especialista.
  • El control del paciente previsto por la Telemedicina no es ni mucho menos comparable al realizado por el sistema tradicional.

..Ester Martín. Consultora Tecnológica

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