La enfermedad renal crónica es un problema de salud global. Para ponerlo en perspectiva, sólo en Estados Unidos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que más de 20 millones de adultos, más del 10 por ciento de la población adulta del país, pueden tener la enfermedad, aunque muchos están sin diagnosticar. La enfermedad renal es ahora la novena causa de muerte en Estados Unidos. Una vez que se produce el fallo renal, es necesario un trasplante o tratamiento regular a través de diálisis para mantener el filtrado. La cirugía de trasplante tiene muy buenos resultados, pero los procedimientos están limitados por la disponibilidad de riñones donados. Las personas a menudo esperan a un nuevo trasplante de riñón durante años, teniendo que someterse a diálisis periódicamente. Un problema que surge con la diálisis es que las conexiones realizadas entre el organismo humano y una máquina de diálisis a través de fístulas arteriovenosas con frecuencia se bloquean y fallan poco después de su creación, lo que conduce a resultados clínicos desfavorables y una carga económica adicional significativa para los sistemas de salud de todo el mundo. (El Médico Interactivo)