4 millones de hipertensos sin diagnosticar en España

El control de la hipertensión (HTA) en España y en otros países desarrollados deja todavía mucho que desear. Así lo corrobora el Dr. Antonio Coca en un reciente trabajo sobre este tema, publicado en el último número de la Revista Española de Cardiología en la que apunta dos noticias significativas, según él las califica, una es buena y la otra mala. La buena es que el control de la HTA en España ha mejorado últimamente de forma bastante notable, la mala es que seguimos aún en unas cifras de control todavía muy bajas. Sobre todo si se piensa que los datos que se manejan están referidas únicamente a pacientes hipertensos que son atendidos y tratados en AP y no en la población general, donde muchos de ellos desconocen que lo son.

En el citado trabajo se destacan tres consideraciones. En primer lugar, la magnitud del control de la HTA en la actualidad y su progreso en España durante los últimos años. En segundo lugar se mencionan algunas evidencias epidemiológicas sobre las razones del control que en este aspecto todavía existen. Por último se hace alusión a las medidas propuestas para avanzar en ese grado de control que, en definitiva, desembocarán en la reducción del riesgo cardiovascular en las personas.

Ante esta serie de ideas lo más razonable es preguntarse ¿Cómo ha evolucionado el control de la HTA en España y cual es la situación actual? Teniendo en cuenta que la hipertensión es “el factor que, actualmente, más está contribuyendo a la mortalidad en España pues afecta a catorce millones de españoles, de los cuales cuatro permanecen aún sin diagnosticar”, según informó el vicepresidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la lucha contra la hipertensión Arterial (Seh-Lelha), Francisco Fernández Vega en la inauguración de la XX Reunión de esta Organización que se acaba de celebrar en Oviedo.

Según Fernández Vega, la hipertensión tiene actualmente una prevalencia del 35 al 40% de la población general. Porcentaje que asciende al 60% cuando nos referimos a personas con más de 65 años.

Otro dato importante a tener en cuenta es que existe entre un 30 y un 35% de casos de hipertensión que resultan difíciles de diagnosticar, especialmente en aquellos grupos de personas jóvenes en edad laboral, que al sentirse físicamente bien no sienten la necesidad de realizar revisiones médicas periódicas en sus respectivas empresas, por lo cual no acuden habitualmente a su médico, para que se les pueda diagnosticar, como es lo ideal, cuando se presentan o descubren los primeros síntomas, con lo cual se reduciría significativamente su evolución, así como la prevalencia de problemas con enfermedades asociadas, según indica Nieves Martell, presidenta de Seh-lelha, que afirma también que “casi un tercio de la población española muere como consecuencia de las enfermedades cardiovasculares”, lo que hace necesario la puesta en marcha de encuentros como el ya mencionado que se acaba de celebrar en Oviedo, con objeto de que se pueda “tratar y entenderse de forma integral el peligro que verdaderamente representa el riesgo cardiovascular”. Como cuestión destacada señaló igualmente los efectos beneficiosos para la salud cardiovascular que tienen los polifenoles y antoxidantes presentes en la cerveza, el vino y el aceite de oliva; y sobre el poyecto “Predimed”, “El estudio español de mayor importancia a nivel mundial sobre la influencia de la dieta mediterránea para la prevención de la enfermedad cardiovascular”, que apunta, no solo a los beneficios de la alimentación saludable sino para multitud de aspectos de la salud, como la minimización del deterioro cognitivo.

A pesar de que se haya avanzado bastante en la cuantificación del número de diagnósticos realizados, las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la primera causa de mortalidad en España, por lo que es necesario continuar investigando y poniendo en marcha planes concretos para reducir esa morbilidad cardiovascular tan conocida de todos, así como involucrar al paciente en el necesario control de la hipertensión, con el seguimiento por su parte de una alimentación sana y un mejor cumplimiento del plan de medicación que su médico le haya preparado.​

En otro estudio realizado recientemente también para analizar el grado de control de la HTA en los españoles mayores de 65 años, tratados farmacológicamente y asistidos en AP, así como los factores asociados al mal control tensional y a la conducta terapeútica de los médicos con los pacientes mal controlados, se indica que el incremento de la esperanza de vida y el aumento de la PS con la edad, están ocasionando que la hipertensión arterial sistemática sea uno de los principales motivos de consulta en AP de la población de mayor de edad. La prevalencia de la HTA en personas de > 60 años supera ya el 65% y, posiblemente, continuará incrementándose. En este grupo de pacientes suele observársele una presión arterial sistólica (PAS) más alta, que implica una mayor incidencia de factores de riesgo cardiovascular y una elevada morbilidad.

Según las principales guías referentes a este tema, las recomendaciones generalizadas se inclinan a favor de que las cifras de hipertensenión en los adultos, la PAS no alcance 140 mmGh y la presión arterial diástólica (PAD) no llegue a 90 mmHg y que en los diabéticos la relación PAS/PAD sea <130/85 mmhg ó 130/80. En este aspecto hay que reconocer que, actualmente, solo un tercio de los hipertensos tratados farmacológicamente alcanzan los objetivos de PA recomendados. Su mal control suele reflejarse, entre otros factores; en la medición inadecuada de su tensión, bien porque la monoterapia sea el régimen terapeútico farmacológico más frecuente, o porque su índice de masa corporal (MC) sea elevado, por no haber visitado a su médíco ni una sola vez durante el último año.

Otros datos del estudio

  • En España, tan solo 4 de cada 10 personas hipertensas son tratados adecuadamente con fármacos hipertensivos y reciben la asistencia sanitaria adecuada en AP, con lo cual, por lo general, suelen tener bien controlada su HTA.
  • La inercia terapeútica está reconocida como una de las principales causas del mal control de la HPA y de otras enfermedades crónicas.
  • Los PRESCAP fueron estudios transversales y multicéntricos diseñados para la estimación del grado de prevalencias, que se realizaron entre los años 2002 y 2006 con la misma metodología en poblaciones asistidas en AP. Uno de los objetivos de ambos estudios fue analizar la conducta terapeútica del médico ante pacientes mal controlados tanto en la PA sistólica como en la diastólica, en población hipertensa general.
  • El estudio PRESCAP 2002 mostró que el porcentaje de pacientes con inadecuado control de su PA, en los que el médico varió la pauta terapéutica fue del 18,3%, siendo el cambio de fármaco la opción más elegida, seguida de la combinación (34,7%) y el aumento de la dosis (18,3%)
  • En el estudio PRESCAP 2006, de los sujetos mal controlados, en el 30,4% el médico modificó su tratamiento convirtiéndose en las acciones más frecuentes llevadas a cabo, la combinación con otro fármaco (46,3%), el incremento de la dosis (26,1%) y la sustitución del actual hipertensivo (22,%) por otro.
  • La percepción del buen control de la PA por parte del médico fue la variable que más se relacionó con la no modificación del tratamiento farmacológico, a pesar de lo cual la conducta del médico dista bastante de ser la idónea. Los resultados del estudio parecen indicar que se ha producido una mejora importante en la inercia terapeútica de los médicos de AP ante los hipertensos mal controlados que siguen un tratamiento farmacológico hipertensivo.

Mecánica operativa del estudio

Los pacientes
El médico rellenó un cuestionario con los siguientes datos de la historia clínica: edad, sexo, habitat, peso, talla, antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular, factores de riesgo cardiovascular asociados, sedentarismo, consumo elevado de alcohol, neuropatía y retinopatía.

Considerándose obeso al paciente que tuviera un IMC de al menos 30kg/m2, hpercolesterolémico o diabético al que lo tenía registrado en la historia clínica y nefrópata al que presentaba el antecedente de microalbúmina (30-299 mg/24h), proteinuria > – 300mg/24h) o creatinemia elevada (>mg/d), fumador al que hubiera consumido al menos un cigarrillo al día en el último mes y no sedentario al que hubiera andado activamente al menos media hora al día o practicado deporte 3 veces en semana y bebedor excesivo al que reconociera una ingestión diaria de al menos cuatro cervezas, 4 cuatro vasos de vino, dos güisquis o similar o tres carajillos.

La presión arterial
La PA se midió con el paciente sentado. Tras 5 minutos de reposo se le practicaron dos mediciones separadas 2 mn, calculándose el promedio. Si sus diferencias eran -> 5 mmHg, se realizaba una tercera. Para ello se usaron dispositivos electrónicos y esfigonomanómetros de mercurio o aneroides recientemente calibrados. Se registró el tipo de aparato empleado para la medición, la hora concreta de la medida, si la consulta era matutina (8-14 h) o vespertina (14-20) y si los pacientes habían ingerido ya la medicación hipertensiva de ese día.

Se consideró que el control era óptimo si la PAS/PAD , tras el promedio de las dos medidas realizadas era de < 140/90 mmHg en general y 130/85 mmHg en los diabéticos, con la salvedad de que en estos también se analizó con un PAS/PAD < de 130 y 80 mmHg.

Tratamiento seguido
Se registró con todo detalle la clase y el número de antihipotensores utilizados y su antigüedad.

..Lola Granada

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