El virus del ébola progresa más rápidamente y es más probable que sea fatal en los niños menores de 5 años, y es que esta conclusión se desprende de una nueva investigación realizada por un grupo internacional de científicos dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta investigación que, analizó los datos de casos de ébola en los niños menores de 16 años durante el brote actual de Guinea, Liberia y Sierra Leona, comparándolos a los casos en adultos, sus resultados, publicados en New England Journal of Medicine, reflejan que aunque la tasa de infección es menor en los niños que en los adultos, los niños que contraen la enfermedad tienen menos posibilidades de sobrevivir.
Desde marzo de 2014, cerca de 4.000 niños menores de 16 años se han visto afectados por la actual epidemia de ébola, en torno a una quinta parte de todos los casos confirmados y probables. La proporción de casos en los niños, gradualmente ha ido aumentando sobremanera en el curso de la epidemia, pero la explicación no está clara.
El ébola ha sido más devastador en los niños pequeños
El peor brote de ébola de la historia ha sido más devastador en los niños pequeños, y es que ha causado la muerte de alrededor del 90% de los niños menores de 1 año, y alrededor del 80% de los niños de entre 1 y 4 años que están infectados.
En niños mayores, las probabilidades de sobrevivir a la enfermedad se incrementan, y es que entre edades de 10 a 15 años, el ébola ha matado al 52% de los niños infectados; mientras que en el caso de los adultos, de entre 16 y 44 años, la tasa de letalidad es del 65%.
El período de incubación que, es el intervalo de tiempo que transcurre entre la infección y la aparición de síntomas, en niños menores de 1 año fue de 6,9 días en comparación con los 9,8 días en niños de 10 a 15 años. De aquí se deriva que en los niños más pequeños también tuvieron intervalos de tiempos más cortos entre la aparición de los síntomas hasta la hospitalización y muerte.
El cuadro sintomático también presenta diferencias en los niños, y es que estos son más propensos a tener fiebre cuando por primera vez acuden al médico, y con menos posibilidades de tener dolor en el abdomen, pecho, articulaciones o músculos, y dificultades para respirar, tragar o hipo.
A tenor de los resultados de esta investigación, en palabras de Christi Donnelly, del Centro de Investigación Médica de Análisis y Modelización del Imperial College de Londres, considera que “el ébola afecta a los niños pequeños de manera muy diferente a los adultos y es especialmente importante que consigan el tratamiento rápidamente. Debemos asegurarnos también de que los niños pequeños están recibiendo tratamiento que sea apropiado a su edad”.
Otro científico del trabajo, Robert Fowler, de la Universidad de Toronto, incide más en los factores que hacen que los recién nacidos y los niños más pequeños sean más vulnerables al ébola. Al respecto expone que “los recién nacidos parecen tener los peores resultados de ébola. Tenemos la sospecha de que influyen numerosos factores. En primer lugar, que los niños más pequeños son muy dependientes de otros para su cuidado y el bienestar, y sus cuidadores también pueden haber estado enfermos de ébola”.
El jefe del equipo de Epidemiología del Ébola de la OMS en Ginebra, Chris Dye, también partícipe de la investigación, explica que “los resultados de este estudio ponen de relieve que los niños que sufren de ébola necesitan atención médica de alta calidad”, pero incide en la idea de que el estudio deja abierta “una cuestión para futuras investigaciones”, y es “por qué los niños mayores, con edades de entre 10 y 15 años, parecen ser menos vulnerables al ébola que los lactantes o los adultos”.
..Emilio Ramirez
