El tráfico de órganos, un negocio que da unos beneficios ilegales de hasta 1.200 millones de dólares al año

Hasta 14 han sido los países de la Unión Europea que han acordado ejecutar leyes para combatir el tráfico de órganos, y es que la semana pasada, Albania, Austria, Bélgica, Republica Checa, Grecia, Italia, Luxemburgo, Moldavia, Noruega, Polonia, Portugal, Turquía, Reino Unido y España, firmaban el primer convenio mundial para hacer frente a un problema que, de dimensión global, viola los derechos fundamentales, como el de la dignidad humana, y supone una grave amenaza para la salud pública.

Este convenio, como explica el doctor José Ramón Núñez, responsable de la división de trasplantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta inicialmente a los 14 países que se han adherido a él, pero pretende que a medio plazo se convierta en una “legislación global”. De hecho asegura que, “antes de que acabe el año”, la van a firmar 12 países latinoamericanos que se encuentran en proceso administrativo, y  Pakistán que “es fundamental porque es uno de los puntos conflictivos de tráfico”, Singapur, Australia y la India, aunque en estos casos, aún no se ha terminado el proceso administrativo.

Este convenio internacional es una iniciativa en respuesta a las recomendaciones del Estudio sobre Tráfico de órganos promovido conjuntamente por este organismo y la Organización de Naciones Unidas (ONU), en cuya elaboración participó la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) de España.

Objetivos del convenio
El objetivo del convenio es la prevención y la lucha contra el tráfico de órganos humanos, la protección de las víctimas y el fomento de la cooperación nacional e internacional en este ámbito. El tratado obliga a los estados firmantes a establecer como delito la extracción ilícita de órganos humanos procedentes de donantes vivos o fallecidos y su uso para trasplantes o para otros fines, y otras acciones relacionadas.

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 5 y el 10% de los trasplantes en el mundo se hacen bajo alguna forma de comercialización. Por ello, la ONT considera imprescindible que se armonicen las legislaciones nacionales en materia de tráfico de órganos.

El tráfico de órganos, a menudo está vinculado al crimen organizado transnacional, que se aprovecha de la vulnerabilidad de los donantes, surgiendo en un contexto de incapacidad de los países para hacer frente a las necesidades de órganos de sus pacientes. Es un negocio que explota a la gente más pobre del planeta, y que da unos beneficios ilegales de hasta 1.200 millones de dólares cada año.

Por un hígado se puede pagar hasta 400.000 euros
Según los baremos que maneja Interpol, y que se pueden encontrar en numerosas publicaciones científicas, por un hígado se pueden llegar a pagar hasta 400.000 euros en algunos lugares del mundo; 113.000 por un hígado, o 86.000 por un corazón.

El tráfico de órganos es una lacra del siglo XXI, un peligro emergente en todo el mundo. Ningún país está a salvo de este peligro”, y es que así se expresa Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Trasplantes. Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, de las algo más de 100.000 operaciones de este tipo que se realizan anualmente en el planeta, alrededor de un 10% se llevan a cabo con órganos procedentes del mercado negro. La mayoría de los trasplantes ilegales realizados en el mundo tienen lugar en Pakistán, la India, China y Filipinas, con una menor incidencia en Egipto y Colombia.

El receptor típico de órganos donados suele ser hombre, con una media de edad de 48 años y unos ingresos anuales de unos 53.000 dólares, mientras que el donante suele ser también hombre, pero de media de 29 años, y con unos ingresos inferiores a los 500 dólares anuales, según Organs Watch, gupo de derechos humanos que documenta el tráfico de órganos.
..Emilio Ramirez

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