Dos hospitales privados de Madrid han indemnizado a dos pacientes a las que dejaron olvidadas una gasa y unas pinzas en el interior de sus cuerpos durante sus respectivas intervenciones quirúrgicas.
El primer caso que, informa El Defensor del Paciente en una nota, se produjo en febrero de 2011, cuando el equipo médico de la clínica privada San Camilo, dejaba una gasa en la cavidad abdominal de una mujer de 48 años durante una intervención quirúrgica.
Ni el cirujano ni la enfermera, encargados de contar el material quirúrgico se dieron cuenta de la gasa olvidada, lo que derivó en que la mujer comenzará a sufrir dolores abdominales. Por extraño y surrealista que pueda parecer, no sería hasta tres años después, en febrero de 2014, cuando a la paciente le detectaron el “cuerpo extraño” y tuvo que ser sometida a una nueva intervención quirúrgica para poder ser extraído.
Ahora, el centro sanitario ha indemnizado con una cantidad de 21.351 euros por los daños y perjuicios ocasionados por “el clamoroso olvido” de una gasa en el cuerpo.
Otro caso similar tuvo lugar justo hoy hace un año, el 31 de marzo de 2014, cuando durante una intervención abdominal, el personal sanitario de otra clínica privada de Madrid dejó en el interior de una paciente de 44 años una pinza hocker. Dos días después, la mujer tuvo que ser sometida a otra operación para extraerle la pinza, lo que ocasionó una estancia hospitalaria más larga y un perjuicio moral importante. En este caso, la paciente ha sido indemnizada con 10.000 euros gracias a un acuerdo extrajudicial llevado a cabo por los servicios jurídicos de El Defensor del Paciente.
