Un estudio basado en una encuesta realizada a 435 facultativos de servicios de Urgencias revela, en Academic Emergency Medicine, que el 85 por ciento opina que se indican demasiadas pruebas de imagen y que el 97 por ciento reconoce que algunos de los estudios de imagen avanzada que ellos mismos han prescrito son innecesarios. La razón para proceder así tiene dos caras que están íntimamente ligadas: el deseo de descartar patologías poco probables y el temor a sufrir una demanda por no haber contemplado esa posibilidad. Hemal Kanzaria, médico de Urgencias en el Centro Médico Ronald Reagan de la Universidad de California Los Ángeles, señala que el problema de fondo es que, como sociedad, “no nos gusta la incertidumbre. Vivimos en una cultura que dice: si hay alguna duda, haz otra prueba. El exceso de pruebas clínicas no se debe a la falta de conocimiento o de experiencia del médico, o a problemas de juicio clínico; en realidad refleja nuestra respuesta cultural a la duda y el error”. (Diario Médico)