Los residentes disponen de un contrato laboral especial, pero, como cualquier otro trabajador, disponen de derechos y deberes. Su contrato tiene una duración máxima de un año y se va renovando por el mismo tiempo durante el periodo que dure el programa MIR. Eso sí, siempre y cuando se pasen satisfactoriamente las evaluaciones realizadas por el programa. Es obligatorio realizar jornada completa, siendo imposible ser residente a tiempo parcial. La jornada debe estar diseñada de tal manera que permita al médico realizar el cumplimiento de los programas formativos. En cuanto a las horas de trabajo, el Real Decreto 1146/2006 establece que la duración máxima de la jornada laboral del residente ha de ser de un máximo de 37,5 horas semanales de promedio en cómputo semestral. Lo cual podría cambiar si hubiera un acuerdo o convenio que estableciese algo diferente. (Diario Médico)