López Arribas sigue dando pasos hacia la inhabilitación por prevaricación continuada

Si por prevaricación se entiende dictar una resolución a sabiendas de es injusta, a Sonia López Arribas solo le falta que alguien inicie la denuncia para que acabe inhabilitada como cargo público y quién sabe si también como médico.

La última rabieta de López Arribas se ha saldado con el intento de convocatoria de una nueva Asamblea de Compromisarios para intentar hacer una rebaja de cuotas del 30% a todos los colegiados de Madrid, jugando a los presupuestos como si fuera una cuestión única de hojas de Excel, sin pensar en el contenido que hay detrás y las implicaciones que conlleva. Hace mucho ruido con sus propuestas, pero es evidente que no puede suplantar la voluntad del Pleno de la Junta Directiva, ni de los estatutos ni de la Asamblea de Compromisarios. No es López Arribas y sus amigos los que gobiernan el Colegio, hay que seguir unas reglas de juego que marcan los estatutos, y ni siquiera ella que es la presidenta se los puede saltar. Si siguen en esta línea parece que se les podrán llamar compinches.

Por no tener en cuenta no ha tenido ni la parte de la cuota que se le paga a la OMC.

Aconsejada por quien no se juega su puesto, López Arribas sigue utilizando el Colegio sin respetar la reglas de juego y para su propio beneficio personal, aunque ponga en juego la credibilidad de la institución que prometió defender. Una vez que está atrapada en diferentes asuntos judiciales por sus injustificables gastos de representación, por su revelación de secretos, y parece que pronto lo estará por prevaricación, intenta denodadamente lograr una quiebra sensacionalista y demagógica para evitar que lleguen los juicios mientras ella sea presidenta. Parece que ante la gravedad de los acusaciones solo puede librarle la entrada de una Junta Directiva “amiga” que le libere de todos estos cargos.

Sin vergüenza ninguna ante el ridículo que está haciendo y el daño que está infringiendo al propio Colegio, López Arribas sigue avanzando en una trama “inútil”. Ni los colegiados la quieren a ella, ni ella quiere a los colegiados. Desde su llegada al Colegio de Madrid solo ha demostrado fidelidad a Antonio Mora, el director general al que otorgó una capacidad de gestión y de decisión extremadamente inadecuada. Tuvo que ser la propia Asamblea de Compromisarios la que pidió echar a Mora del Colegio, y hasta a eso se negó. López Arribas quiere seguir contando con él.

La ocurrencia de pedir bajada de cuotas quitando “servicios esenciales”, que sin embargo incluye una subida de sus gastos institucionales, no se sostienen con el simple hecho de presentar la propuesta. Mientras la Junta Directiva sigue trabajando por los médicos de Madrid, solo la presidenta López Arribas se preocupa de cómo utilizar su cargo para “arreglar” su futuro. A nadie en su sano juicio se le ocurre pedir una reducción del presupuesto a un 30% a mitad del mismo, con obligaciones registradas y pendientes. Tampoco explica cómo se va a sostener el Colegio sin esos servicios esenciales, y prepara un futuro con una importante derrama de cada médico. Más que irresponsable, López Arribas, parece necesitar unas mínimas nociones de “sentido común”.

Entre sus colaboradores más cercanos hay gente con experiencia que es consciente de que solo ella se está poniendo juego, el resto de asesores no se juegan su futuro profesional como lo está haciendo ella.
..Alfonso González

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