Condenados dos ginecólogos de El Ejido por la muerte de una embarazada

El Juzgado de Instrucción número 3 de El Ejido (Almería) ha condenado a dos ginecólogos del Hospital de Poniente de El Ejido a penas individuales de un mes de multa a razón de 50 euros diarios por una falta de negligencia profesional con resultado de muerte tras la atención prestada a principios de 2013 a una mujer de 46 años desde el momento en el que se puso de parto y tras perder al bebé antes de que éste llegara a nacer.

El fallo, al que ha tenido acceso Europa Press, absuelve a una tercera ginecóloga que atendió a la víctima durante la séptima revisión obstétrica una vez que la embarazada J.G.R. ya había salido de cuentas, motivo por el que solicitó una cesárea que le fue denegada a raíz de las pruebas que se le practicaron y que arrojaron un resultado “normal”.

El juez sí observa responsabilidad en la actuación de los médicos que atendieron a J.G.R., como manifiesta los servicios jurídicos de la asociación El Defensor del Paciente, una vez que ésta se puso de parto y ya había perdido al no nato, aunque, sin embargo, los exculpa de la pérdida del bebé al no haberse podido determinar la causa que provocó una hipoxia (falta de oxígeno) en el feto, lo que determinó su muerte.

El fallecimiento del no nato se produjo entre las 18 y 24 horas antes de la extracción quirúrgica del mismo, de forma que el feto estaba vivo cuando la mujer ingresó. Asimismo, la misma noche del primer día de ingreso, la hermana de la víctima  que, es enfermera de profesión, volvió a reclamar que se le practicara una cesárea a la mujer ante su estado por edad, tabaquismo y haber sufrido un aborto previo, así como por la actitud “poco diligente” que observaba entre los profesionales.

En cualquier caso, la juez, recoge en sus fundamentos que “no estando determinada la causa” de la muerte del feto, “no se puede determinar nexo causal”, al tiempo que “tampoco se desprende una conducta reprochable desde el punto de vista penal que se pueda atribuir a los facultativos por la asistencia prestada”.

Opción “excesivamente conservadora” de los facultativos al atender a la víctima
No obstante, la juez sí observa que los dos facultativos que se encargaron de atender a la víctima una vez confirmado el fallecimiento del feto se inclinaron por una opción “excesivamente conservadora” al seguir el protocolo y tratar de inducir el parto natural. “Este caso concreto debería haberse enfrentado con una actitud más diligente, dados los antecedentes con los que contaba la paciente”, explica en su sentencia.

Aunque finalmente se optó por practicar una cesárea de urgencia a la víctima ante la falta de avance en el parto y las sospechas de que pudiera estar sufriendo una embolia de líquido amniótico, que fue la causa de su muerte, el fallo señala que la “sensación” final es que las actuaciones se realizaron “a resultas del estado de la paciente, que se va deteriorando por momentos” en lugar de “anticiparse a los acontecimientos con la pericia que se espera de los profesionales de la medicina”.

De este modo, ve “sorprendente” que se haya llegado a este “resultado fatal y lamentable” ante los medios técnicos que se dispone en la actualidad, los riesgos con los que se afrontaba el embarazo debido a la edad, tabaquismo y un antecedente de aborto en la paciente; y los avisos que ella misma venía dando “antes y durante el proceso de parto”.

La sentencia condena a la aseguradora del Hospital de Poniente al pago de varias indemnizaciones por el fallecimiento de la mujer, de forma que reconoce un montante de 105.133,53 euros para el padre de la víctima mientras que señala otra cantidad de 95.575,93 euros a repartir por igual para los dos hijos del padre del feto, quienes habrían sido hermanastros del finalmente no nacido.
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