Un acuerdo en Cataluña para implicar a los médicos en el gobierno y la gestión de los centros sanitarios, subiendo así el listón de su participación por encima de la gestión clínica, abre el debate sobre los límites de la intervención de la profesión en el devenir de entidades en las que su conocimiento es fundamental. “La participación tiene que ser más directa. Los criterios gerencialistas son de otra época”, manifiesta Josep Basora, presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc). Jaume Padrós, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona y del Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña, que ha promovido el acuerdo de intenciones con el Gobierno autonómico, defiende acabar “con el divorcio entre gestores y profesionales” y “empoderar” más a los líderes clínicos. Aclara que participar no significa invitar a médicos a reuniones sino comprometerlos y corresponsabilizarlos de las decisiones y reconocérselo económicamente. A su juicio, la participación implica meritocracia, “y no todo el mundo está de acuerdo”. Ana Sánchez Atrio, vicepresidenta del Colegio de Madrid, explica que Padrós les informó en marzo de su objetivo. “El cien por cien de los colegios estamos absolutamente de acuerdo, y vemos una actitud positiva en los políticos. (Diario Médico)