La OMC pide transparencia en los costes y precios de los medicamentos

Por primera vez en los países llamados de ‘altos ingresos’ se ha negado el acceso a un medicamento, por causa de su precio, a un grupo muy numeroso de pacientes (en la Unión Europea a varios millones de personas)”, y es que esta es una de las grandes conclusiones que se saca de la presentación que ayer se hizo en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC) del documento ‘Acceso a los nuevos medicamentos. El ejemplo de la hepatitis C: costes, precios y patentes’.

En el acto, estuvieron presentes el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, y los cuatro autores del documento: Fernando Lamata, médico especialista en psiquiatría, experto en política y gestión sanitaria; Ramón Gálvez, médico especialista en neurología, experto en gestión sanitaria y dirección hospitalaria; Pedro Pita Barros, vicerrector y profesor de Economía en la Universidad Nueva de Lisboa y experto en economía de la salud, y Javier Sánchez-Caro, jurista, letrado de la Seguridad Social y experto en Derecho Sanitario.

Los autores consideran que el panorama actual plantea un serio dilema, y es que se parte de una premisa clara como es el hecho de que el precio de un producto (fármaco) se sitúa entre dos extremos; por un lado lo que sería el coste de producción, y por otro lado el precio más alto que está dispuesto a pagar un consumidor, es decir, los pacientes y los sistemas de salud de los países. Esto se llama precio por el valor del producto. La “lucha” de intereses es aquí cuando hace acto de presencia, ya que los consumidores quieren pagar el precio más bajo, mientras que las empresas y laboratorios que hacen el fármaco quieren venderlo al precio más alto. Dos derechos entran en liza,  el derecho de las empresas a conseguir el mayor beneficio posible, y el derecho a la salud, y por ende a la vida de los pacientes. Al respecto, los autores consideran que “además de ser un problema de salud pública de primer orden, afecta a un derecho humano fundamental”.

La realidad es que el problema del alto precio de los fármacos y la dificultad que esto plantea para el Sistema Nacional de Salud, su desaparición no es que esté cercana, más bien todo lo contrario. En palabras de Ramón Gálvez, la solución es “conseguir el equilibrio entre patentes y precios”, sin embargo, teniendo en cuenta que “las patentes químicas crecieron un 5%, y las biotecnológicas en más de un 12%”, no parece una tarea sencilla alcanzar ese consenso.

Desde la OMC se plantean varias propuestas, entre las que destaca la transparencia en los costes de la I+D, que la fijación de precios sea competencia de la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos, y la reforma de la ley de patentes.

En todo caso, los autores insisten en la necesidad de que la transparencia sea, y nunca mejor dicho “patente de corso” en los costes y precios de los medicamentos, por ello consideran que debe exigirse el cumplimiento de la Ley de Transparencia, acceso a la Información Pública y Buen Gobierno.
..Emilio Ramirez

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