La crisis griega deja “hundido” su sistema sanitario público

Cuando en el mes de Abril el primer ministro griego, Alexis Tsipras, anunció la creación de 4.500 puestos de trabajo para médicos y de personal sanitario con el objetivo de mejorar la calidad de servicios de la sanidad pública no se podía imaginar el colapso en el que andaría pocos meses después la economía nacional.

El presupuesto dedicado a sanidad en Grecia ha sufrido recortes drásticos en los últimos cinco años, por eso Tsirpas anunció que “la sanidad debe cesar de ser una víctima de la austeridad y de los recortes y volver a ser un derecho de los ciudadanos“.

El gasto público en Grecia ha ido bajando en los últimos años; fue de 8.039 euros por habitante en 2014, 9.608 euros en 2013, 9.301 en 2012, 9.626 en 2011; 10.247 en 2010 y 11.151 en 2009, de manera que se puede observar que ha bajado un 27,9% en 5 años. El último dato público asegura que en 2012 ha dedicado un 11,63% a Sanidad, frente al 9,17% en Educación o un 4,14% en Defensa.

Con estos datos la situación es “calamitosa” porque ya a principios de años se avisaba que más del 30% de los griegos no tenía acceso a la sanidad pública gratuita. Los pacientes eran atendidos en una situación profesional “altamente preocupante” con falta de personal para generar hasta las propias listas de espera y con problemas de hacinamiento en los propios hospitales. Con el agravante de que la crisis financiera que estaban pasado los griegos en esos momentos favorecía las enfermedades infecciosas y los problemas psicológicos.

Desde la llegada al poder de los radicales de izquierdas en enero de este mismo año, los problemas financieros de Grecia han crecido. La enorme deuda de Grecia no puede permitirse que los planes de inversiones en mejorar la situación sean factibles. Los socios europeos, quien se debe miles de millones de euros, llevan meses sin creer en una salida airosa de la crisis, que es más humanitaria que económica.

Pobreza sanitaria
El viceministro griego de Sanidad, Andreas Xanthos anunció en sus primeros días de gobierno que afrontarían con urgencia la “pobreza sanitaria” de los griegos. Entre las medidas propuestas estaba la restauración del acceso universal al sistema público de Salud, anulando, además los pagos impuestos sobre la atención hospitalaria y los medicamentos (los ciudadanos griegos tienen que abonar cinco euros para ser atendidos cada vez que acuden a un hospital y un euro por cada receta médica).

Estas promesas electorales de “medidas inmediatas de socorro” no han llegado, y cada días parecen más lejos.

El cierre de clínicas privadas es un hecho y la presión se hace cada día más intensa porque el fundamentalismo ideológico del nuevo gobierno prefiere que no haya participación privada de ningún tipo en la sanidad pública, aunque les esté llevando a la total bancarrota.

Las contrataciones de 2.000 médicos en los primeros días o 1.600 médicos en los meses siguientes que fueron anunciando desde el gobierno han quedado paralizadas.

Desabastecimiento hospitalario
Por otro lado ya hay varias compañías farmacéuticas que han anunciado la posibilidad de dejar de suministrar medicinas y productos sanitarios a los hospitales públicos ante la imposibilidad de poder cobrar las facturas pendientes. Si el Gobierno griego no es capaz de asegurar los pagos la industria farmacéutica no puede hacerse cargo de una deuda que supera los 6.000 millones de euros y una demora en el pago que también supera los 15 meses.
..Alfonso González

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