El Juzgado de Primera Instancia número 13 de Sevilla ha condenado a la aseguradora médica Sanitas a pagar más de un millón de euros (654.998,64 euros de base, más una cantidad similar en concepto de intereses) por los graves daños causados a un bebé en el momento del parto en una clínica privada sevillana y por un médico del cuadro médico-hospitalario de Sanitas.
La denuncia que, ha sido interpuesta por los servicios jurídicos de la asociación El Defensor del Paciente, se refiere a los hechos que se remontan al 15 de julio de 2009. Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, el parto, sin motivo aparente que justificase el acto, fue adelantado por el equipo médico una semana, induciéndolo.
A pesar de ser un parto inducido, y en el que se suministró anestesia epidural a la madre, lo que aumentaba el riesgo, no se monitorizó el estado del bebé de forma continuada, por lo que se dieron todos los atenuantes que impidieron conocer con tiempo suficiente el daño que se estaba produciendo y poder haber realizado el alumbramiento mediante una cesárea.
El bebé nació tras producirse un prolapso del cordón umbilical que, se presenta cuando el cordón sale primero que la cabeza del bebé, lo que causa una compresión del cordón umbilical entre la cabeza del feto y la pelvis materna, lo que limita el aporte de sangre y oxígeno del feto. Esto puede poner en peligro la vida del bebé, ya que provoca una disminución en su frecuencia cardiaca. Todos estos daños en el recién nacido se desconocieron por no haber estado monitorizado el parto durante todo el tiempo.
El bebé fue trasladado desde la clínica privada en la que sucedieron los hechos al Hospital Virgen del Rocío con una situación de asfixia grave y una importante afectación motora, según informa El Defensor del Paciente en un comunicado.
El recién nacido fue diagnosticado de una encefalopatía hipóxico isquémica, que se produjo como consecuencia de la falta de oxígeno y con ello un importante daño neuronal. La negligencia médica ocasionó sufrimiento fetal y generó importantes secuelas, dejando al bebé tetrapléjico y con una gran discapacidad, reconocida con un grado del 77 %.
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