Sanidad, educación y servicios sociales suponen cerca de un 80% de los gastos de las comunidades autónomas. En función de lo que ingresan pueden gastar, pero teniendo en cuenta que la balanza fiscal del Estado obliga a hacer una redistribución de cargas y beneficios en los presupuestos públicos.
La comunidad que aporta más de lo que recibe tiene saldo fiscal negativo, mientras que la recibe más de lo que aporta tiene un saldo fiscal positivo. Desde el Ministerio de Hacienda se explica que el saldo fiscal tiende a empeorar según aumenta la renta per cápita, de forma que los territorios más ricos generalmente presentan déficits fiscales mientras que los de menor renta suelen tener de superávit, los que tienen más renta pagan más impuestos.
Con los datos de 2012, presentados por Hacienda ayer mismo, el ranking de déficit fiscal* es el siguiente:
Con estos datos se entiende que en numerosas ocasiones Madrid, Cataluña, Valencia y Baleares hayan expresado su “enorme desacuerdo” con el sistema de financiación, pidiendo uno diferente que nos les penalice como hasta ahora. La comunidad foral, pese a tener una renta per cápita alta disfruta de un régimen fiscal diferente que le permite disfrutar de un superávit fiscal.
Mejorar el equilibrio fiscal podría suponer un alivio económico para algunas comunidades, pero el colapso económico para otras porque el gasto sanitario público* (datos de 2013) de cada comunidad es el siguiente:
*millones de euros
Cualquier ajuste para equilibrar la balanza fiscal individual algunas comunidades tendrían u efecto inmediato sobre las partidas destinadas a la sanidad pública.
Los principales gastos de la sanidad pública son remuneración de personal (26.133 millones de euros), docencia residentes (1003), servicios hospitalarios y especializados (35.076) y farmacia (10.481),
..Alfonso González