Los microbios resistentes a los medicamentos, más fuertes y más virulentos

Los microbios resistentes a los medicamentos parecen tener ventajas sobre aquellos microbios no resistentes a medicamentos, según demuestra un nuevo estudio, y es que los nuevos resultados contrastan con la idea, sostenida durante tanto tiempo, de que la resistencia a los antibióticos se da debido a una bajada de defensas cuando faltan los medicamentos.

Damien Roux, PhD de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston, Massachusetts, y sus colegas, publicaron los resultados de su análisis de los genes bacterianos en la revista Science Translational Medicine. Sus resultados sugieren que combatir la farmacorresistencia puede ser aún más difícil de lo que los expertos creían.

Los investigadores explicaron en su artículo que los organismos resistentes a los antibióticos deben coexistir con la microbiota natural de seres humanos y de los animales. Esta coexistencia significa que encuentran compuestos antimicrobianos en su ambiente natural. Así, los microbios resistentes a los medicamentos pueden competir con otros que ya residen en el microbioma, y así se establecen desde una mejor posición para causar infecciones graves, incluso mayor que la ventaja que tendrían contra los regímenes de tratamiento con antibióticos.

Las cepas resistentes a los medicamentos, más virulentas
Los investigadores inocularon ratones con aproximadamente 300.000 mutaciones de Pseudomonas aeruginosa, de inserción aleatoria. A continuación, evaluaron los cambios in vivo de cada una de las mutaciones. Los investigadores encontraron que las inserciones de transposones en los genes del factor de virulencia resultaron en cambios significativos en la aptitud de deformación.

Los resultados de sus experimentos también sugieren que la P. aeruginosa utiliza las mismas -o similares- estrategias tanto para establecer la infección como para superar las defensas del huésped en el tracto gastrointestinal y pulmonar.

En concreto, los investigadores identificaron un total de 116 genes con inserciones de transposones que se representaban con más frecuencia de 36 a 48 horas después de la infección de lo que lo hacían en el momento de la infección. Esta ‘sobrerrepresentación’ sugiere que las cepas mutantes fueron capaces de crecer más rápido, o directamente a otro nivel de competencia, que las otras cepas inoculadas al mismo tiempo.

Para profundizar en esta idea, el grupo de ratones infectados o portadores de la P. aeruginosa, ya fuera una mutación que confiere resistencia a la fosfomicina o una mutación que confiere resistencia a carbapenem. En ambos casos, los investigadores encontraron que murieron mas ratones, o bien, enfermó un mayor número de ellos, con la cepa mutante que con la cepa original no mutada, mostrando que las cepas resistentes a los medicamentos son más virulentas.

Para ampliar nuestros resultados a las cepas clínicas de P. aeruginosa, y en particular a la resistencia al carbapenem (que es un problema importante en el tratamiento de infecciones por P. aeruginosa), hemos utilizado nuestro modelo de neumonía murina para evaluar la virulencia de las cepas clínicas isogénicas, recuperadas a partir de dos pacientes en diferentes momentos“, comentaron los autores. Una de las cepas de cada paciente era tomada a principios de la infección y era sensible a los fármacos, y la otra cepa se tomaba más adelante en la infección, cuando ya era resistente a los medicamentos. En ambos casos, las cepas resistentes a los fármacos resultaron ser más virulentas cuando se ensayaban en ratones que las cepa sensibles a los fármacos correspondientes.

Los autores explicaron que los genes que confieren resistencia a los antibióticos parecen ayudar al organismo competir con otros microbios dentro de un nicho específico, incluso cuando no hay ningún antibiótico que intervenga en el proceso.

También encontraron resultados similares en estudios con animales con el Acinetobacter baumannii y la cólera Vibrio.

En conclusión, los hallazgos de que la resistencia de los genes, intrínseca o adquirida, a los antibióticos está asociada con un aumento en las aptitudes in vivo de la P. aeruginosa, A. baumannii, y la cólera Vibrio, en cuatro configuraciones diferentes de infección experimental, hacen hincapié en la necesidad de controlar con mayor eficacia la aparición de patógenos resistentes a los antibióticos, así como el desarrollo de enfoques alternativos para prevenir y tratar las infecciones“, concluyeron los autores.
..Amaya Lujambio

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