Investigadores de la Universidad de Oslo (Noruega) han probado en humanos un nuevo dispositivo para administrar por vía nasal un tratamiento hormonal para trastornos mentales, y es que según publica la revista Translational Psychiatry, los resultados de la investigación muestran que es una vía que pueda ayudar a que el fármaco llegue mejor al cerebro y cause pocos efectos secundarios.
La oxitocina es una hormona que influye en el comportamiento y las relaciones sociales, que suelen verse alteradas en pacientes con trastornos mentales como puede ser el autismo y la esquizofrenia, lo que hace que se esté considerando como un potencial tratamiento de estos trastornos.
Esto llevó a estos investigadores noruegos a diseñar un dispositivo que, en colaboración con la empresa OptiNose, administraría dosis bajas de esta hormona para ayudar a estos pacientes a percibir mejor las relaciones sociales.
Al ser la oxitocina una hormona de la familia de los neuropéptidos que se produce en el hipotálamo (área del cerebro que actúa como centro de coordinación del sistema hormonal), los investigadores barajaron la posibilidad de administrarla por la nariz ya que su tamaño, relativamente grande, puede ocasionar problemas para penetrar en el cerebro a través del torrente sanguíneo.
Para ello, analizaron previamente en el laboratorio si estas dosis extra de oxitocina podían afectar al cerebro, por lo que probaron dos cantidades diferentes para ver cómo influían en las relaciones sociales.
La administración intravenosa no funcionó
En un pequeño estudio con 16 adultos sanos, los investigadores utilizaron dos dosis diferentes por vía nasal que compararon con una administración intravenosa; los resultados demostraron que solamente los que recibieron una dosis baja por la nariz experimentaron algún cambio en la percepción de señales sociales.
“Los resultados muestran que la administración intranasal afecta a la función del cerebro, ya que no se observó ningún efecto después del tratamiento por vía intravenosa, lo que prueba que la oxitocina viaja a través de la nariz directamente al cerebro”, explica Ole Andreassen, autor del estudio.
Además, destacar el hecho de que las dosis más bajas sean las más eficaces hace que también haya menos riesgo de acabar afectando a otras regiones cerebrales.
Aunque la muestra de participantes en el estudio es poca (16), se pudo observar que en aquellos individuos con fosas nasales más grandes, la respuesta de la oxitocina era más fuerte.
El dispositivo utilizado se diferencia de los pulverizadores nasales convencionales, y es que a diferencia de estos, al aplicar la dosis, el fármaco se expande por toda la cavidad nasal y llega así a las vías nerviosas de la parte superior.
El siguiente paso en la investigación es llevar a cabo las mismas pruebas en personas con enfermedad mental, para lo que ya están en una fase de reclutamiento de afectados con trastornos de autismo.
Aproximadamente uno de cada 100 adultos en Noruega sufrirá esquizofrenia o autismo a lo largo de su vida, y actualmente se estima que unos 20.000 afectados está en tratamiento por uno de estos trastornos. En España, la esquizofrenia que, es tratada mediante psicoeducación y rehabilitación, según datos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), afecta a más de 400.000 ciudadanos.
“Confíamos en que sea el primer paso en el desarrollo de una serie de nuevos medicamentos que pueden ser de gran ayuda para más personas con enfermedad mental”, concluye Andreassen.
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