Un equipo multidisciplinario ofrece directrices para disminuir el dolor en la vacunación

Según una nueva guía de prácticas clínicas, los médicos que administran vacunas pueden tomar una serie de acciones proactivas, incluido el alternar el orden de las inyecciones aprovechando la influencia calmante que ejercen los padres y la lactancia materna, además de aplicar de manera rutinaria anestesia tópica, para aliviar el dolor en pacientes de todas las edades.

La Dra. Anna Taddio de la Facultad de Farmacia Leslie Dan de la Universidad de Toronto (Ontario, Canadá) junto con otros 24 expertos, conforman el equipo multidisciplinario independiente que se autodenomina HELPinKids&Adults. “Ninguna de las aclaraciones que incluimos en la guía es para prevenir la totalidad del dolor (es decir, alcanzar un nivel de dolor del ‘0’). Las intervenciones individuales pueden ser combinadas, según el caso, para mejorar el alivio del dolor“.

Según han informado desde el equipo de HELPinKids&adults, a los pacientes de todas las edades les preocupa el dolor de las inyecciones de vacunas, dichas preocupaciones pueden disminuir el interés de los adultos en la vacunación. El grupo adoptó un enfoque multifacético para el manejo del dolor en el que tienen relevancia factores como las intervenciones físicas, farmacológicas, psicológicas, y los procesos de procedimiento.

El equipo recomienda no hacer uso de la aspiración durante la vacunación intramuscular, independientemente de la edad del paciente, también aclara que dejar la aguja dentro del tejido durante un tiempo largo o moverla, pueden aumentar el dolor. Además, se recomienda encarecidamente que todos los pacientes reciban la vacuna más dolorosa al final de la serie de vacunas, como son la vacuna antineumocócica conjugada o sarampión vivo, la de paperas y la vacuna contra el virus de la rubeola.

Ya que el calor de la madre y la dulce leche materna se asocian con una reducción de la angustia en los bebés, los autores recomendaron encarecidamente la lactancia materna durante la vacunación de los niños de 2 años y menores. Una dosis de 2 ml de 24% a 50% de una fuerte solución de sacarosa se puede administrar unos 2 minutos antes de la inyección a los niños de 2 años o menos que no están siendo amamantados. Por último, de forma opcional, los rotavirus orales pueden ser lo primero en administrarse de la serie, ya que contiene sacarosa.

Los niños de 3 años o menos deben mantenerse en una posición cómoda durante la inyección, en cambio con los recién nacidos que no son amamantados, se recomienda que sean sujetados en contacto directo con la piel de la madre. Se recomienda a los pacientes de 3 años aproximadamente, que estén sentados en posición vertical, ya que la posición de sentado disminuye el miedo y puede conferir un sentido de control.

Lo ideal es que los padres acompañen a los niños de 10 años o menos durante la vacunación, para esto, los padres deben ser educados con antelación al día previsto, sobre cómo ayudar a disipar el miedo y la angustia de sus hijos. En el día de vacunación, los niños mayores de 3 años deben ser informados de cómo se producirá la inoculación, lo que deben esperar a sentir, y las estrategias para el manejo del dolor.

El Dr. Robert L. Wergin, médico de familia que ejerce en Milford, Nebraska, dice que las directrices tienen sentido y reflejan el enfoque pragmático que toma en el tratamiento de sus pacientes. Él suele reservar la más dolorosa para el final, aclarándoles que “algunas duelen más que otras”; invita a la presencia de los padres como parte de la atención centrada en la familia; y sugiere la lactancia o la sacarosa, incluso para los niños al ser circuncidados.

También señaló que el tratar de hacer de la vacunación una experiencia positiva es bueno, sin embargo piensa que las directrices tienen el potencial de “aumentar el costo y tiempo” y no están respaldadas por pruebas sólidas. Además, los autores “realmente no proporcionaron ningún dato que indique que esto aumentará las tasas de vacunación“.

Una de las recomendaciones que sí sería nueva para su práctica es la aplicación de anestesia tópica antes de vacunar a los niños de 12 años y menores. De acuerdo con los autores de las directrices, el anestésico tópico se debe aplicar de forma rutinaria, ya que la mayoría de niños teme a las agujas.

El dolor de las vacunas es una preocupación importante durante toda la vida“, según afirman los autores de las directrices, “esta guía ofrece recomendaciones que pueden mitigar de alguna manera el dolor de la vacunación“.
..Amaya Lujambio

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