Desde el año 2000, la mortalidad por malaria ha caído un 60% según un informe de la OMS

Las tasas de mortalidad por malaria han descendido un 60% desde el año 2000, lo cual, en vidas salvadas, se traduce en 6,2 millones de personas, siendo la mayor parte de ellas niños. Además, según el informe conjunto publicado la semana pasada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, en estos 15 años, los nuevos casos de malaria se han reducido hasta un 37%.

En palabras de la directora general de la OMS, Margaret Chan, estos datos reflejan que “el control global de la malaria es una de las mayores historias de éxito de salud pública de los últimos 15 años”, quien además destaca que estos resultados manifiestan que las “estrategias dan en el blanco”, y de que se puede “derrotar a este antiguo enemigo mortal” que “sigue cobrándose cientos de miles de vidas, la mayor parte de niños, cada año”.

El informe ‘Alcanzar la Meta sobre Malaria’, que así se llama, ha sido elaborado dentro de las iniciativas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODMs), y muestra que se ha cumplido la meta sobre malaria de los ODMs que indicaba el 2015 como el año para empezar a detener y reducir la incidencia. “Se ha cumplido de manera convincente con una reducción del 37% de nuevos casos de malaria en 15 años”, señala el informe.

El África subsahariana registra el 89% de los casos de malaria y el 91% de muertes
El informe destaca que en este año el 89% de todos los casos de malaria y el 91% de las muertes se han producido en el África subsahariana, además, de los 106 países y territorios con transmisión de la malaria en 2000, 102 estarán revertiendo la incidencia de la malaria a finales de 2015.

Asimismo, el informe refleja como entre 2000 y 2015, la proporción de niños menores que de cinco años duermen bajo una mosquitera impregnada de insecticida en el África subsahariana, se incrementó de manera considerable, y es que pasó de menos del 2% a un 68% aproximadamente.

Sin embargo, la OMS lamenta que a día de hoy, solamente uno de cada cuatro niños en el África subsahariana siga viviendo en un hogar sin mosquiteras con insecticida y sin la protección que proporciona la fumigación de interiores; y se estima que, actualmente, solamente el 13% de niños con fiebre en el África subsahariana recibió una terapia combinada con artemisina.

A nivel mundial, el informe afirma que “cada vez más países están a punto de eliminar la malaria”, y es que los datos muestran como en 2014, 13 nuevos países notificaron cero casos de la enfermedad, y otros seis informaron de menos de 10 casos. Los descensos más rápidos se registraron en el Cáucaso y Asia Central, donde no se produjo ningún caso en 2014, y en Asia Oriental.

Sin embargo, en muchas regiones, la malaria sigue siendo un grave problema de salud pública, de hecho algunos países siguen soportando una parte “desproporcionadamente alta” de la carga mundial de la malaria. Solamente en 2015 se estiman 214 millones de nuevos casos de malaria, y, aproximadamente, 438.000 personas pueden morir a causa de esta enfermedad que es prevenible y tratable. Unos 3.200 millones de personas, casi la mitad de la población mundial están en riesgo de contraer malaria.15 países, la mayoría del África subsahariana, sufrieron el 80% de los casos de malaria y el 78% de las muertes a nivel global en 2015.

Los niños menores de 5 años constituyen más de dos tercios de todas las muertes vinculadas a la malaria. Entre 2000 y 2015, la tasa de mortalidad de menores de cinco años debida a la malaria descendió un 65%, es decir, se salvaron 5,9 millones de vidas de niños. Al respecto, tras la publicación del informe, el director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, explica que “la malaria mata sobre todo a los niños pequeños, especialmente a los que viven en los lugares más pobres y remotos (…). Sabemos cómo prevenir y tratar la malaria. Puesto que podemos hacerlo, debemos hacerlo”, por lo que afirma que la mejor manera de celebrar el progreso global en la lucha contra la malaria es comprometerse de nuevo con llegar a esos niños y tratarlos.

Objetivo para 2030: reducir en un 90% la incidencia y mortalidad mundial por malaria
En mayo de 2015 la Asamblea Mundial de la Salud adoptó la Estrategia Técnica Mundial contra la Malaria, que es una hoja de ruta de 15 años para el control de la malaria. Su objetivo es una reducción del 90% de la incidencia y la mortalidad mundial por malaria para 2030.

El informe ‘Alcanzar la Meta sobre Malaria’ destaca que estas metas solamente podrán lograrse si se aúna la voluntad política, el liderazgo de los países y un aumento significativo de la inversión. En este sentido, la inversión anual para la malaria deberá triplicarse, y es que de los 2.700 millones de dólares actuales, deberá pasarse a 8.700 millones en 2030.

Asimismo, el informe apela a mayor investigación contra la malaria, poniendo de ejemplo el Malaria Atlas Project, un Centro Colaborador de la OMS en la Universidad de Oxford (Reino Unido) que muestra que las mosquiteras tratadas con insecticida han sido “con diferencia la intervención más importante” en África, y es que se estima que han evitado un 68% de casos de malaria desde 2000.

Mantener la financiación global bilateral y multilateral para la malaria es también muy importante. Desde el 2000 esta ayuda se ha multiplicado por 20, del mismo modo, las inversiones domésticas en países afectados por la malaria también han aumentado año tras año.

A nivel mundial, varios gobiernos donantes han hecho de la lucha contra la malaria una prioridad global. Así, “en Estados Unidos la Iniciativa del Presidente contra la Malaria ha movilizado cientos de millones de dólares para el tratamiento y prevención”, mientras que en Europa, “el gobierno de Reino Unido ha triplicado su financiación para el control de la malaria entre 2008 y 2015”, destaca el informe.

El aumento de la financiación global ha llevado a una expansión sin precedentes de intervenciones esenciales en el África subsahariana, y es que desde el año 2000 se han distribuido en África aproximadamente 1.000 millones de mosquiteras tratadas con insecticida, y la utilización de tests de diagnóstico rápido ha facilitado la distinción entre fiebres relacionadas con la malaria y no relacionadas, permitiendo un tratamiento oportuno y apropiado, indica el informe.

¿Qué es la malaria?
La malaria o paludismo es una enfermedad infecciosa que solamente la transmiten determinadas especies de mosquitos del género ‘Anopheles’, y únicamente las hembras de esas especies.

Existen cuatro tipos de parásitos del paludismo humano: ‘Plasmodium vivax’, ‘Plasmodium malariae’, ‘Plasmodium ovale’ y ‘Plasmodium falciparum’. El paludismo por ‘falciparum’ es la forma más mortífera y abunda sobre todo en el África subsahariana.

El paludismo lo causa el parásito ‘Plasmodium’, que pasa a la hembra de ‘Anopheles’ cuando para obtener la sangre que necesita para alimentar a sus huevos, el mosquito pica a una persona infectada.

El parásito se desarrolla y reproduce en el interior del mosquito, y cuando éste pica a otra persona, pasa mezclado con saliva a la sangre de la persona que ha sufrido la picadura. Es en este momento cuando el parásito del paludismo se multiplica rápidamente en el interior del cuerpo humano, primero en el hígado y luego en los glóbulos rojos de la persona afectada.

Una o dos semanas después de sufrir la infección, aparecen los primeros síntomas del paludismo: en general fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y vómitos. Si no se trata de inmediato con los medicamentos adecuados, el paludismo puede causar la muerte por destrucción de los glóbulos rojos y obstrucción de los capilares que llevan sangre al cerebro y otros órganos vitales.
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