La enfermera escocesa Pauline Cafferkey que, fue diagnosticada con ébola en diciembre de 2014, y que desde el pasado viernes permanece ingresada en el Royal Free Hospital de Londres tras volver a serle detectado el virus, se encuentra en estado crítico. ”Nos entristece informar de que el estado de Pauline Cafferkey se ha deteriorado y está ahora críticamente enferma”, y es que así lo indicaba el centro sanitario en un comunicado ayer por la tarde.
Cafferkey, de 39 años, fue trasladada en la madrugada del pasado viernes en un avión militar desde Glasgow al haber sufrido una “inusual complicación tardía relacionada con su previa infección con el virus del ébola”.
Al ser ingresada el viernes, las autoridades sanitarias confirmaron que el virus que, contrajo cuando trabajaba como sanitaria en Sierra Leona con la organización humanitaria ‘Save the Children’ para tratar de contener la peor epidemia de ébola de la historia, estaba presente en su organismo, si bien subrayaron que el riesgo de contagio era bajo.
Posteriormente, se informó de que las alrededor de 58 personas que, incluyen familiares, colegas y otros ciudadanos con las que Cafferkey ha estado en contacto recientemente han sido identificadas y se les ha ofrecido una vacuna, sin que de momento ninguna haya presentado síntomas del virus. De las 58, 25 han aceptado la inmunización, y unos 15 la han rechazado o no han podido recibirla por padecer otros transtornos médicos.
El pasado fin de semana, la hermana de la enferma, Toni Cafferkey, denunció a la prensa que esta había ido al médico en Glasgow con síntomas días antes de su ingreso, pero que el doctor la había enviado a casa pensando que era un virus convencional.
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