Más de 800.000 niños menores de cinco años en todo el mundo mueren al año por diarrea, lo que supone uno cada 40 segundos, debido a deficiencias en el saneamiento y la higiene. Además, alrededor de 2.400 millones de personas carecen de acceso a inodoros y cerca de 1.000 millones siguen practicando la defecación al aire libre.
Y es que estos datos, aunque cueste creerlo, en pleno siglo XXI ocurre en el mundo. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dio a conocer esta información con motivo del Día Mundial del Retrete que celebrado ayer, este año está dedicado a la relación perjudicial que conecta el saneamiento deficiente con la malnutrición para llamar la atención sobre la importancia de los aseos a la hora no solamente de tener una mejor higiene, sino también una mejor nutrición, y por ende salud.
Ban Ki-moon indicó que en el mundo, una de cada tres personas -2.400 millones- carece de servicios de saneamiento óptimos, y una de cada ocho defeca al aire libre.
En esta problemática, se centró sobre todo en los niños, y es que casi la mitad de las muertes de menores de cinco años se deben a la desnutrición y una cuarta parte de los niños de esta edad tienen retraso en el crecimiento. Además, en muchos otros y también en adultos, están enfermando gravemente, y a menudo padecen consecuencias para la salud y el desarrollo a largo plazo, incluso permanentemente durante toda su vida.
Los retretes deficientes aumentan el riesgo de enfermedades y la malnutrición
Naciones Unidas recalcó que los retretes deficientes aumentan el riesgo de enfermedades y la malnutrición, un riesgo especialmente acuciante en las mujeres y los niños. Por ello, apuntó que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados el pasado mes de septiembre para combatir la pobreza, la desigualdad y el cambio climático hasta 2030, es garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible, y el saneamiento para todos, ya que este es un derecho humano.
En el planeta hay la suficiente agua dulce para alcanzar este objetivo, pero como indicó, una mala economía y deficientes infraestructuras, hace que cada año, millones de personas, en su mayoría niños, mueran por enfermedades relacionadas con un suministro inadecuado de agua, higiene y saneamiento.
El Día Mundial del Retrete fue aprobado en 2013 por una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
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