Publicado en Con Salud Es una simple cámara con un sensor para jugar a la videoconsola pero, en manos de los científicos, puede acabar convirtiéndose en un potente microscopio para tratar imágenes biomédicas en los laboratorios a un coste ínfimamente menor de lo que requieren las tecnologías actuales. Esto es lo que pretenden investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), quienes tratan de usar la cámara Kinect de la Xbox en beneficio de la medicina. Para ello, los investigadores utilizan las matemáticas, en concreto las transformadas de Fourier, así como un método de análisis de imagen por fluorescencia (FLI). Con ello, y mediante complejos algoritmos, logran obtener mucha más información a partir de los datos que capta la cámara. Como explica uno de los desarrolladores del proyecto, Ayush Bhandari, “el tema de nuestro trabajo es coger la precisión electrónica y óptica de uno de estos caros microscopios y reemplazarlos con la sofisticación de los modelos matemáticos.