El uso de técnicas de medicina de guerra salvó numerosas vidas en los atentados de París

Durante los ataques islamistas de París el pasado día 13 de Noviembre, los servicios de urgencias franceses se vieron obligados a hacer un uso civil de las técnicas de “medicina de guerra” para poder atender a los cientos de heridos, tal y como relata un grupo de médicos en la revista científica The Lancet. “El número de pacientes ingresados fue mucho más allá de los que habíamos imaginado que podríamos atender al mismo tiempo“. Sin embargo, indican los médicos miembros del organismo público que agrupa a los hospitales de París, los atentados “no fueron una sorpresa” para el servicio de urgencias.

Los servicios de urgencia recibieron el aviso de explosiones en el Estadio de Francia a las 20.30 horas, y durante los siguientes 20 minutos fueron informados de tiroteos en otros cinco puntos de la ciudad, incluida la sala de conciertos Bataclan, en la que fallecieron 89 personas.

Tras ese primer aviso de explosión en el Estadio, se activó un plan de crisis, para el cual se coordinó a 40 hospitales de París. El plan estaba estudiado desde hacía 20 años, pero hasta ahora nunca se había puesto en práctica. En los últimos meses, además, los hospitales de la capital gala habían trabajado con la unidad antiterrorista de la Policía para perfeccionar los protocolos de actuación en previsión de atentados.

En pocas horas 302 personas acudieron a centros de salud de París, de las cuales dos fallecieron durante el traslado y 46 fueron capaces de ir por su propio pie. Unos 35 equipos quirúrgicos operaron a los heridos más graves (76), mientras que al resto de heridos, la mayoría de ellos por impacto de bala, se les aplicaron medidas hemostáticas para “controlar los daños“, lo que vendría a ser una aplicación civil de la medicina de guerra, como destacan los médicos en su artículo. En él explican cómo trataron de mantener la presión sanguínea de los heridos “al nivel más bajo posible manteniendo la consciencia” mediante torniquetes, vasoconstrictores y antifibrinolíticos. Los doctores señalan que la demanda de torniquetes era tan alta que el personal de las unidades móviles regresaba sin sus cinturones.

Los responsables de organizar el dispositivo médico enviaron 45 equipos a las ubicaciones donde se habían producido ataques y reservaron otras 15, ya que no sabían “cuándo iba a terminar la pesadilla”. Con esa estrategia consiguieron que no se acabaran los recursos como suele ocurrir en otras situaciones de emergencia, en las que todos “los medios se envían al primer lugar donde estalla la crisis“.

Para apoyar al operativo de emergencia, se unió personal médico de París de forma espontánea. Un cirujano que vivió la experiencia cuenta que cuando llegó al hospital de Lariboisière, dos horas después de que empezara todo, se sorprendió al descubrir que al menos seis de sus colegas de diversas especialidades ya estaban allí, además de los doctores que tenían turno esa noche. “También vinieron a ayudar enfermeras. Todo ese personal adicional nos permitió abrir dos quirófanos para cirugía ortopédica, uno para cirugía neurológica, otro para operaciones en oídos, nariz y garganta, y dos para cirugía abdominal“, explica.
..Susana Calvo

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