Las personas menores de 45 años subestiman la urgencia de los síntomas del ictus

El periodo de tiempo desde que una persona experimenta el primer síntoma de un derrame cerebral hasta tres horas después se conoce como la “ventana de oro“, y ese tiempo se considera crucial para que los pacientes que llegan a un hospital reciban atención médica con el fin de recuperar el flujo de sangre al cerebro y minimizar o revertir el daño.

Sin embargo, una encuesta revela que los pacientes más jóvenes, los de menos de 45 años, pueden subestimar la urgencia de los síntomas del ictus y la mayoría cree que puede retrasar el momento de ir al hospital en busca de auxilio.

El tratamiento a tiempo para el accidente cerebrovascular es probablemente más importante que para casi cualquier otro problema médico“, comenta David Liebeskind, profesor de Neurología, director de Programas de Pacientes Ambulatorios de Ictus y Neurovasculares y director del Neurovascular Imaging Research Core del Centro Médico Ronald Reagan de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), en Estados Unidos. “Hay una ventana muy limitada en la que comenzar el tratamiento porque el cerebro es muy sensible a la falta de flujo sanguíneo o sangrado y los pacientes que esperan más tiempo sufren las consecuencias más devastadoras“, apunta el experto.

Los investigadores preguntaron a más de un millar de personas a nivel nacional acerca de lo que probablemente harían dentro de las primeras tres horas tras experimentar debilidad, entumecimiento, dificultad para hablar o dificultad para ver, todos ellos síntomas comunes de un derrame cerebral.

Sólo alrededor de uno de cada tres menores de 45 años dijo que sería muy probable que fuera al hospital, mientras un sorprendente 73% dijo que seguramente esperaría a ver si los síntomas mejoraban.

Eso es un problema real”, indica Liebeskind. “Tenemos que educar a los más jóvenes sobre los síntomas del accidente cerebrovascular y convencerlos de la urgencia de la situación, porque los números están subiendo“. De hecho, el número de jóvenes (18- 45), dados de alta de hospitales de Estados Unidos tras sufrir un derrame cerebral, ha aumentado hasta un 53% desde 1990.

Aproximadamente cada seis minutos se produce un ictus en España. Esta enfermedad cerebrovascular sigue siendo la segunda causa de muerte en los hombres y la primera entre las mujeres, además de la primera de invalidez en los adultos de los países occidentales, puesto que la mayoría de los pacientes sufren secuelas que, en el 40% de los casos, los inhabilitan para realizar actividades cotidianas, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

El ictus isquémico, durante el cual las arterias en el cerebro se bloquean, cortando el oxígeno, puede suceder a cualquier persona a cualquier edad y está a menudo vinculado con la presión arterial alta, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad. “La buena noticia es que hay pasos que podemos dar para reducir nuestro riesgo de accidente cerebrovascular“, apunta Liebeskind.

Pero tan importante es saber cuáles son los factores de riesgo de un accidente cerebrovascular así como reconocer los síntomas cuando se producen. Se ha demostrado que una dieta saludable y ejercicio regular, no fumar y un consumo de alcohol limitado, reducen el riesgo de accidente cerebrovascular, por lo que los médicos instan a conocer los signos de accidente cerebrovascular y actuar rápido.

Se aconseja acudir o llevar a alguien al médico si experimenta caída de la cara, debilidad en un brazo y dificultad para hablar. “Lo creas o no, es cuestión de minutos u horas, cuando alguien tiene que buscar atención médica”, apunta Liebeskind. “Simplemente, no hay tiempo para esperar. Es un mensaje que claramente tenemos que trasladar a las personas más jóvenes con mayor eficacia“.
..Susana Calvo

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