Nacidos para romperse: una mutación podría ser la causa de tener los huesos frágiles en el síndrome infantil Hajdu-Cheney

Tener huesos frágiles suele ser la aflicción de una persona de edad, pero a veces los niños también nacen con ellos. Ahora, un equipo de investigadores dirigido por el profesor de la Universidad de Connecticut, Ernesto Canalis, ha demostrado en ratones que un gen específico puede causar la enfermedad, llamada síndrome de Hajdu-Cheney. La absorción excesiva de células óseas pueden estar causando la pérdida ósea característica del trastorno, y los investigadores esperan encontrar un tratamiento potencial.

Las personas que nacen con el síndrome de Hajdu-Cheney desarrollan esqueletos y huesos deformes que rápidamente comienzan a ablandarse y fracturarse. Los investigadores sabían que Hajdu-Cheney era una enfermedad hereditaria, pero no estaban seguros de qué mutación genética la causaba. Sospechaban que era en un gen llamado NOTCH2, que tiene una mutación específica que aparece en las personas con el síndrome. Pero Hajdu-Cheney es una enfermedad muy rara, por lo que sólo podría haber sido una coincidencia que las familias con Hajdu-Cheney también llevaran una variante inusual de NOTCH2.

Para averiguar si la variante NOTCH2 realmente era la responsable, Canalis y sus colegas la replicaron en ratones. El resultado, que será publicado en la edición del 22 de enero de la revista Journal of Biological Chemistry, fue esencialmente una versión en ratones del síndrome de Hajdu-Cheney.

Hasta ahora, nadie entendía por qué las personas que sufren esta enfermedad tenían osteoporosis y fracturas“, dice Canalis, profesor de cirugía ortopédica en la Universidad de Connecticut. Pero sus ratones parecen proporcionar las respuestas. Estas personas generan un mayor número de osteoclastos, células que descomponen y reabsorben el hueso viejo. Estas células también maduran más rápido que las de los ratones normales. Así, los ratones con Hajdu-Cheney tenían demasiado hueso reabsorbido por el cuerpo, y el nuevo hueso no crecía lo suficientemente rápido como para reemplazarlo. Esto provocaba que los ratones tuviesen huesos frágiles, al igual a las personas con la enfermedad.

Hay algunos síntomas de la enfermedad en los seres humanos – tales como los dedos más cortos y huesos del cráneo con formas extraña – que en los ratones no se dan. Pero en general, el modelo de ratón es un muy buen modelo de la enfermedad humana, dice Canalis.

Saber cómo funciona la enfermedad también facilita cómo se puede tratar. Si las personas con Hajdu-Cheney tienen demasiadas células de resorción ósea, el tratamiento podría ayudar a suprimir la formación o actividad de esas células. Y Canalis dice que los científicos saben cómo hacerlo. Su grupo está trabajando actualmente en los tratamientos para ratones.

Hajdu-Cheney es una enfermedad muy rara, con menos de 100 casos reportados hasta ahora. Pero existen buenas razones científicas para estudiarlo.
Podría aclarar el funcionamiento de la formación y destrucción ósea, y permitiría conocer un gen importante tanto para el esqueleto como el sistema inmunológico. Posiblemente también podría acercarnos al síndrome de Alagille, otra enfermedad genética pero mucho más común, asociado con la variante NOTCH2. Pero para Canalis, aun sabiendo que el síndrome Hajdu-Cheney sólo afecta a algunas personas de algunas familias, considera que buscar la causa de tanto sufrimiento y la forma para mitigarlo bien merece la pena.
..Susana Calvo

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