SEOM: aproximadamente dos tercios de los tumores neuroendocrinos son de origen gastrointestinal o pancreático

Aproximadamente dos tercios de los tumores neuroendocrinos (TNEs) son de origen gastrointestinal o pancreático, según ha informado la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) con motivo de la campaña ‘En Oncología, cada avance se escribe con mayúsculas’.

Estos tumores que, afecta a 10 personas por cada 10.000 habitantes al año, su localización más frecuente es en el intestino delgado. En este sentido, el lugar donde se sitúe el tumor primario, así como el grado de diferenciación, representan los principales factores pronósticos. En la mayoría de los casos, son de curso clínico indolente, sin embargo a medida que la enfermedad progresa, los pacientes desarrollan síntomas asociados al crecimiento local del tumor, metástasis a distancia o secreción hormonal.

El tratamiento integral de los TNEs representa el paradigma del enfoque multidisciplinario en Oncología. Al respecto, la cirugía sigue siendo la única alternativa curativa en la enfermedad localizada y una opción en pacientes con metástasis hepáticas exclusivas.

La gran heterogeneidad de estos tumores ha hecho que hasta ahora dispusiéramos de pocos ensayos clínicos de calidad que nos permitan establecer protocolos estandarizados, sobre todo en el ámbito de la enfermedad metastásica irresecable”, informa la SEOM, que añade que “actualmente se han realizado estudios con resultados prometedores para el control de la enfermedad metastásica”.

Tratamiento de los tumores neuroendocrinos (TNEs)
El tratamiento del carcinoma neuroendocrino grado 3 metastásico se basa en el uso de quimioterapia con esquemas basados en Platino-Etopóxido. Para los TNEs grado 1-2 metastásicos disponemos de diferentes opciones de tratamiento, sin embargo la mejor secuencia terapéutica es desconocida.

Además, el papel de la quimioterapia en TNEs G1-2 se basa en estudios antiguos, con escaso número de pacientes y con esquemas tóxicos basados en estreptozotocina y 5FU. Otros esquemas con temozolamida y capecitabina han mostrado una tasa de respuestas elevada, pero no se han confirmado en estudios fase III.

La mayoría de los estudios realizados en los últimos años con nuevos fármacos han incluido pacientes con TNEs pancreáticos por lo que las opciones disponibles en TNEs metastásicos no pancreáticos eran escasas hasta el momento actual. Sunitinib y everolimus han demostrado en dos estudios fase III frente a placebo, realizados en pacientes con TNE pancreáticos G 1-2 en progresión, un beneficio significativo en supervivencia libre de progresión que duplica el brazo control en ambos estudios”, explica.

De hecho, prosigue la SEOM, recientemente se han presentado los resultados del estudio fase III ‘Radiant’ que demuestra beneficio de everolimus en TNE pulmonares y gastrointestinales no funcionantes en una magnitud similar a la obtenida con este fármaco en TNE pancreáticos. Un aspecto que, según la SEOM, supone un “gran avance” en lo que se refiere a disponer de nuevas alternativas terapéuticas para pacientes con TNE no pancreáticos.

Asimismo, el tratamiento con radionúclidos ha sido probado también en estos pacientes con resultados prometedores.

En 2015 se han comunicado los resultados del estudio ‘Netter-1’ que evalúa la eficacia y seguridad de 177Lu-Dotatate (‘Lutathera’) mas Octreotide30 en TNE no pancreáticos encontrando un beneficio significativo y clínicamente relevante en este grupo de pacientes que poca a poco se irán incorporando en la secuencia de tratamiento.

En este sentido, el tratamiento con ASS ha demostrado en dos estudios fase III frente a placebo beneficio en TNE no funcionantes. Recientemente el estudio ‘Clarinet’ confirma este beneficio con lanreotide autogel 120 en TNE metastásicos grado 1-2 de los cuales casi un 50% eran de origen pancreático por lo que el tratamiento con ASS representa una opción de tratamiento tanto para pacientes con TNE pancreáticos como no pancreáticos.
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