Hay médicos de familia que no está muy claro cuando ejercen su profesión y trabajan atendiendo su consulta y a sus pacientes. La duda es más que razonable porque muestran con total impunidad su debilidad públicamente, incluso alguno hay que lleva la friolera de 22.500 tuits redactados, que a pesar que le hubieran dado como para escribir un libro, apenas le han conseguido poco más de 1.700 seguidores, lo que en twitterland no representa gran cosa, poca difusión para tanto tiempo dedicado y arrancado a la consulta.
¿Cuándo tuitean estos “profesionales?, ¿le robarán horas al sueño?, ¿dejarán programados tuits los fines de semana?. La incógnita crece cuando utilizan más de una cuenta y además son habituales redactores de post para blogs, incluso algunos de ellos sectarios y difamatorios. Todos los datos hacen pensar que tuitean en sus horas de trabajo, desde la consulta, robando el tiempo a los pacientes. 22.500 tuits son muchos como para que sea un simple hobby para las horas libres.
Recientemente el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha dictaminado que las empresas pueden monitorizar las comunicaciones online de los trabajadores, y eso incluye a los trabajadores del SNS.
El mencionado Tribunal especifica que no se viola el derecho a la privacidad de los trabajadores al revisar sus tuits desde el puesto de trabajo, puesto que cree “razonable que un empleador quiera verificar que los empleados estaban haciendo sus tareas profesionales durante el horario laboral“.
Las sentencias del TEDH son vinculantes para los países que han ratificado el Convenio Europeo de Derechos Humanos, entre ellos, España.
¿A qué esperan las Consejerías de Sanidad para investigar tuits, correos electrónicos y entradas de blogs que han sido redactados y lanzados a deshoras? Parecen atenazados ante el miedo de estos “mediáticos” personajes.
..Lola Granada