Daniel Alvarez Cabo, portavoz de sanidad de Ciudadanos en Madrid: “No tiene sentido que mantengamos los quirófanos vacíos”

El Dr. Daniel Alvarez Cabo es el portavoz de Sanidad de Ciudadanos en Madrid. Dimitió de su cargo como Director Médicos del Hospital Ramón y Cajal para dedicarse en exclusiva a la función pública, por donde está “de paso”. Ha atendido a iSanidad. Lo mejor de la Sanidad para hacer un recorrido de los principales temas que afectan a la sanidad madrileña desde su punto de vista personal.

La Sanidad es uno de los pilares del Estado de Bienestar, por tanto, un caramelo para los partidos. ¿Existe alguna posibilidad real de llegar a un pacto por la Sanidad o realmente los intereses propios de los partidos impiden esto?
Nosotros hemos defendido siempre que hay que sacar la Sanidad de la lucha partidista. La sanidad es uno de los pilares del Estado de Bienestar. En Ciudadanos creemos que hay que reforzar todo lo que tiene que ver con la Educación, con la protección social en su conjunto y naturalmente la Sanidad: un sistema sanitario público, eficiente, de calidad, donde la seguridad sea un elemento clave, donde se favorezca la participación de los pacientes. Hablar de un gran pacto para la Sanidad es complicado porque la Sanidad además está muy descentralizada. El nivel de competencia del Gobierno Central es reducido, en cada una de las comunidades autónomas la deriva ha sido hacia la divergencia. Nosotros defendemos que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud tiene que recuperar su condición de órgano coordinador de verdad, que las decisiones que se tomen en él sean vinculantes, de manera que no se produzca una diferencia en la cartera de servicios entre unas comunidades y otras. Está definida la cartera básica pero en la práctica hay muchos factores que influyen para que haya diferencias en la prestación de la asistencia sanitaria en distintas comunidades autónomas. El primero la financiación: 42.600€ al año por paciente diferencia a la comunidad mejor financiada, País Vasco, de la peor financiada, Andalucía, lo que es un primer elemento que va a favorecer que haya diferencias. Después, que las comunidades autónomas tienen, como consecuencia de esa financiación y de las unidades de gestión barreras al acceso de los pacientes a la asistencia. Estamos hablando de las listas de espera. Las listas de espera son un problema global, pero hay componentes diferentes en cada comunidad autónoma y se han buscado soluciones distintas para resolverlo. Nosotros creemos que manteniendo naturalmente la autonomía de gestión que tiene cada servicio regional de salud, hay que aunar políticas, y en lo que tiene que ver con políticas de gestión pública y con la innovación de medicamentos, que ese va a ser uno de los principales retos a los que se va a enfrentar el sistema sanitario este mismo año y en los años sucesivos, hay que llegar a acuerdos globales, para que no introduzca un elemento distorsionador y esa inequidad que empieza a ver no se acentúe.

Pero hay formas de aproximarse a ese ideal, de hecho aquí en la Asamblea de Madrid hemos llegado a acuerdos en aspectos tan relevantes como puede ser la gestión de las listas de espera, la atención al final de la vida, la necesidad de potenciar Cuidados Paliativos, la necesidad de que Madrid cuente con una norma propia para el buen gobierno de las instituciones sanitarias y la especialización de la gestión. Estoy poniendo tres ejemplos donde se han aprobado resoluciones, aprobadas por unanimidad.

En relación a la política de recursos humanos, nosotros presentamos una iniciativa en el mes de diciembre que se aprobó con el apoyo mayoritario de la Cámara, tanto del Partido Popular como el PSOE apoyaron nuestras propuestas y Podemos se abstuvo. Es decir, que hay muchos aspectos relacionados con el día a día de la Sanidad, con las condiciones de trabajo de profesionales y con el servicio que se presta a los ciudadanos donde se puede llegar a acuerdos. Si avanzamos en esa línea, el Sistema Sanitario de Madrid, que es el ámbito donde yo hago mi acción política, sin duda va a ser mejor. Y yo creo que hay que sacarlo de la confrontación, una cosa es tener las legítimas discrepancias y otra es la confrontación, porque al final en una confrontación es fácil caer en el tremendismo y mandar mensajes a la población que son muy alarmantes, como que el Sistema Sanitario es un desastre o que no se ocupa de los ciudadanos. Igual que otro discurso que se está llevando desde el Gobierno en muchas ocasiones del triunfalismo de que Madrid está a la cabeza de la sanidad mundial, también me parece que no se sostiene en la realidad. Hay muchas cosas buenas, vamos a centrarnos en mejorar sin caer ni en la propaganda ni en el apocalipsis.


Está claro que las decisiones presupuestarias se han ido adaptando los últimos años. Se ha reducido la aportación pública a la sanidad y eso, de forma progresiva. De hecho, la inmensa mayoría de las Comunidades Autónomas, ya van 15, aumentaron los presupuestos. Eso en el año 2016 ha sido más notorio, es decir, todos los Gobiernos con independencia del signo político son conscientes de que la Sanidad necesita más financiación.
Esto no nos puede distraer de otro objetivo claro que es garantizar la sostenibilidad a medio plazo. Hay que buscar el acuerdo con los proveedores, estoy hablando muy significativamente de la industria farmacéutica. Tiene que haber una relación de simbiosis. Entiendo que son compañías que tienen el legítimo derecho de obtener beneficios, pero siendo como es el Sistema Sanitario Público su principal proveedor, tiene que contribuir a la sostenibilidad del sistema y hay que buscar fórmulas de colaboración. El otro día en el pleno de Sanidad recordé, tanto al Consejero como al esto de personas que estaban en el hemiciclo, que ahora mismo que el gasto farmacéutico representa para Madrid el 12% del presupuesto de la Comunidad, no del presupuesto sanitario, sino del presupuesto de la Comunidad. Estas son las principales áreas de acción donde hay que tomar decisiones, contando con todos los agentes, pero con la idea de que no sea una losa, porque tenemos que seguir proporcionando innovaciones terapéuticas. Habrá que cambiar el modelo de autorización de medicamentos, que es verdad que no es una competencia de la Comunidad Autónoma, habrá que favorecer la incorporación rápida de las innovaciones, habrá que dotar de presupuesto extraordinario a innovaciones terapéuticas disruptivas, como ha sido el caso de la hepatitis C, y seguro que con el desarrollo científico va a surgir alguna más en los próximos años y eso tiene que hacerse de manera consensuada y tiene que ser con una visión diferente, tanto de la administración como de las compañías farmacéuticas.

Es un cambio, que desde mi punto de vista, hay que hacer de forma colectiva. Se habla siempre que está en crisis la representación en la sociedad actual, empezando por los partidos políticos, pero por ejemplo en las Elecciones Generales ha habido un 73% de ciudadanos que han votado, frente a un 27% que no. Mientras que en otras instituciones, que teóricamente representan a un colectivo profesional que debería estar muy interesado en su propia profesión (como el colegio de Médicos de Madrid), el grado de participación no llega al 20%. Creo que tenemos que hacer un esfuerzo todos y cada uno desde nuestra posición. Yo entiendo que estar en política, además yo me veo como una persona que profesionalmente se dedica a la gestión y transitoriamente estoy en política, nos obliga a ser ejemplares. ¿Qué quiero decir con ser ejemplares? Poner en el discurso problemas concretos y vías de solución.

Cuando llevamos propuestas a discusiones públicas es porque ha habido un trabajo previo, no solamente una serie de consignas políticas en nuestro ideario, sino que intentamos en la medida de lo posible contactar con colectivos del ámbito profesional, estoy hablando de Colegios, Sociedades Científicas, de médicos y enfermeras que a título individual contacta con nosotros y quieren expresarnos su opinión, con asociaciones de pacientes, etc. La única manera de conseguir que se involucren es que vean los ciudadanos y los profesionales de la Sanidad que las medidas que planteamos desde las organizaciones políticas están orientadas al análisis y a la resolución de los problemas que ellos sufren a diario. A los pacientes también. Si nos perdemos en señalar por encima de todo las diferencias en marcar posiciones para diferenciarnos del partido vecino, al final lo único que vamos a conseguir es la desafección tanto de los profesionales como del conjunto de la sociedad. El problema es que muchas veces los órganos que representan a los profesionales también han jugado a esto, a marcar el territorio, de distinguirse del contrario, de buscar confrontación para reforzar su posición en lugar de buscar acuerdos, y eso tiene un cierto seguimiento. Hay personas a las que les gusta esa estrategia, pero la prueba es que no es el sentir mayoritario porque al final el resultado no llega. Yo creo que nuestro papel es escuchar, plantear propuestas concretas y comunicar lo que se hace y eso, evidentemente, no va a dar resultado a medio o corto plazo. De hecho, el acuerdo de investidura que se ha planteado con el Partido Socialista, que tiene una serie de medidas concretas relacionadas con la Sanidad, que no son ni las que van en el programa electoral del Partido Socialista ni tampoco de Ciudadanos, son puntos de encuentro que están orientados a resolver cuestiones candentes, y eso tampoco se ha comprendido por parte de la Sociedad. No digo que sea perfecto, pero desde luego, es el primer paso en el camino, sin duda. Como he dicho antes, en Madrid hemos sido capaces en determinadas cuestiones de limar asperezas y de buscar aquello que nos une. Y hay que insistir en esto, tiene que ser un tema de insistir.

La gestión privada se postula como la mejor para los servicios sanitarios y ¿de verdad se puede pensar que mantener gestores politizados en los hospitales públicos es potenciar la sanidad privada?
Nosotros defendemos la gestión pública directa de los servicios sanitarios, no de toda la sanidad, y me explico: dentro de la sanidad hay servicios que son esenciales – todo lo que tiene que ver con el trabajo que hacen médicos, enfermeras, técnicos y todos los profesionales sanitarios- y una serie de servicios complementarios – la cocina, el mantenimiento, la seguridad, la limpieza, que no necesariamente tiene que estar en manos de gestión pública directa. En Madrid se daba la paradoja, como consecuencia de una ley de medidas fiscales administrativas, creo recordar que era la del año 2012, se había establecido una especie de obligación para la administración de proceder a la privatización progresiva de los servicios no sanitarios. Tampoco nos parece eso sea razonable. Creemos que es un instrumento de gestión, dependiendo de las circunstancias y entonces, de acuerdo con el Partido Socialista y con Podemos, hicimos una enmienda de manera que ahora eso ha desaparecido. Es una potestad que tiene o no la Administración, pero desde luego lo sanitario tiene que gestionarse de forma directa, a nuestro entender. La politización de los gestores públicos no tiene ningún sentido. De hecho, como digo, hemos aprobado por unanimidad en el mes de octubre una PNL que está orientada a que el Gobierno de la Comunidad de Madrid plantee un proyecto de ley de buen gobierno de las instituciones sanitarias dependientes del SERMAS y de profesionalización de la gestión, que tienen que presentar antes del 15 de marzo. No hemos visto el texto porque, como digo, no se nos ha presentado, pero las enmiendas que nosotros formularemos van a ir orientadas a eso. Queremos que haya una carrera profesional de los directivos sanitarios (ha sido mi profesión durante 13 años, por lo tanto lo conozco bien), y además tiene que ser con una formación previa, que las personas sean elegidas en función de su conocimiento y que vayan ascendiendo en la jerarquía de gestión. No tiene sentido que personas que no proceden del mundo sanitario se hayan puesto al frente de grandes hospitales de Madrid.

Nosotros defendemos que el Sistema Sanitario Público tiene que ser eficiente. En una situación ideal, el Sistema Sanitario Público tendría que proporcionar tan buenos servicios, tanto desde el punto de vista de la calidad, de la seguridad como de la accesibilidad en tiempo y forma, para que no fuera necesario recurrir a la sanidad privada. Recordé en el pleno del otro día que en Madrid más de un 30% de población cuenta con un seguro sanitario privado, con lo que significa el esfuerzo económico para esas personas, y que en torno a un 25% del gasto sanitario que se produce en la Comunidad de Madrid es por vía de la sanidad privada. Esto de alguna manera está reflejando un fracaso del Sistema Público, como digo tiene que ser más eficiente. Tenemos que despolitizar la gestión, buscar la rentabilidad social que el dinero de los ciudadanos, a través de sus impuestos, han decidido destinar a la Sanidad Pública y ofrecer servicios de calidad y en un tiempo razonable. Y de esa manera, y también es algo a medio plazo, se reducirá la necesidad de que los pacientes concierten con la sanidad privada.

¿Puede haber calidad asistencial con un médico mal retribuido o sin seguridad en su futuro? ¿Potenciar la seguridad profesional y laboral del médico es potenciar el Sistema Sanitario?
Un elemento clave en cualquier trabajo es que el trabajador se sienta tranquilo respecto a su futuro, reconocido por su empresa y que tenga sensación de proyección, que se pueda imaginar su carrera a medio y largo plazo. En una profesión como la Medicina que está muy vinculada a la actualización permanente de los conocimientos eso es más llamativo todavía. En el pasado pleno le recordé al Consejero que hay un 14% de los profesionales de la sanidad madrileña que siguen siendo eventuales, es decir, que se les renueva su contrato con periodicidad variable, que hay un 25% que son interinos, que tienen una plaza sin fecha de finalización, pero no han alcanzado la condición de trabajadores fijos del Sistema Sanitario Público, y solamente hay un 60% de fijos. Hay que resolver mediante las oposiciones, que es el formato para acceder a la función pública en España a la condición de fijo, todas las que están en curso (esto se aprobó en la moción de diciembre); hay que, en la medida de lo posible de la disponibilidad económica, retomar la carrera profesional, que se puso en marcha en Madrid en 2007, y luego como consecuencia de la crisis económica se paralizaron tanto los reconocimientos como la retribución de los profesionales por el nivel que tenían reconocido. A nosotros nos gustaría, y así lo propusimos y se aprobó por mayoría, que a lo largo de este año se hiciera un reconocimiento que empezará a surtir efectos económicos en 2017, y a los profesionales hay que darles la capacidad de que puedan imaginarse una trayectoria larga y prolongada en el tiempo.

¿Cómo se puede implicar a los médicos en las políticas sanitarias? ¿Cómo se podría articular esta participación dado que la representatividad de los médicos en instituciones como los colegios profesionales es muy baja?
Como he dicho antes, la estrategia desde el punto de vista político es la escucha de todos los colectivos implicados, que los profesionales y la sociedad en su conjunto sientan que vale la pena hablar con los representantes políticos porque sus demandas son escuchadas. Luego se pasan por el tamiz de nuestro planteamiento político, pero se traducen en propuestas concretas. Esa es la manera de involucrarlos. Luego cada institución tendrá que reflexionar, hacer autocrítica y ver por qué un colectivo como son los médicos, que tienen colegiación obligatoria, no ha sido capaz la institución de despertar el entusiasmo, que se involucren, que participen de forma activa, pero eso es una autocrítica que tiene que hacer cada entidad. Desde la política tenemos que escuchar, tamizar las propuestas y proponer soluciones concretas.

Por otro lado, seguramente el exceso de profesionales y la necesidad de trabajo es lo que genera que las compañías de seguro libre puedan aprovecharse del médico y pagarle hasta sólo 6€ por una consulta. ¿Es un abuso del Sistema? ¿Se puede regular de alguna forma a favor del médico para que esto deje de suceder?
Lo de regular es complicado porque es una relación mercantil basada en la oferta y la demanda. Es público y notorio que en los últimos años las compañías sanitarias han entrado en una competencia entre ellas por el tema de las pólizas. Han ido bajando el importe mensual de las pólizas, y claro, ese beneficio para el cliente lo trasladan a los proveedores, en este caso los médicos, que sufren la consecuencia de esa especie de carrera por reducir costes. Que desde la Administración se regule esto en una sociedad de mercado no tiene mucho sentido. Quizá quien tenga que defenderlos sea el Colegio.

En el Sistema Sanitario, como consecuencia de la crisis económica se produjo una reducción del sueldo de un 5% de todos los profesionales que trabajan en el Sistema Sanitario Público en 2010, el salario ha estado congelado hasta este año y lo que nosotros estamos defendiendo es que se haga actividad en turno de tarde y fines de semana para sacar adelante las listas de espera. Eso tiene que hacerse con una combinación de nuevos contratos, de médicos, enfermeras y resto de categorías sanitarias y también, por qué no, con la prolongación voluntaria de aquellos profesionales que prefieran trabajar en su propio hospital esa tarde, en lugar de tener que buscar un salario complementario en la privada. De esa manera reduciríamos también la necesidad de ir a un mercado, que tú muy bien has planteado, está saturado, y lógicamente, quien negocia con los médicos sabe que tiene la posibilidad de bajar precios porque hay una gran oferta de profesionales dispuestos a trabajar en la privada. Si reducimos esa presión, probablemente eso también influiría en el mercado de la asistencia sanitaria privada.

También hemos planteado abrir quirófanos en turnos de tarde y fin de semana, como manifestamos en el pleno del pasado jueves en relación con la lista de espera y diagnóstico. Muchas veces nos centramos en la lista de espera quirúrgica y las demoras que se están produciendo en lista de espera diagnóstica, en algunas pruebas de radiodiagnóstico o las endoscopias digestivas o en las pruebas de neurofisiología clínica, son intolerables. Y se palian mediante la concertación, pero eso es un parche, no tiene sentido que mantengamos los quirófanos vacíos. Según los datos que nos facilitó la Conserjería, en Madrid en diciembre del año pasado, solamente un 4% de las cirugías se han hecho en turno de tarde. Hasta que no aumentemos ese porcentaje, no se va a sacar adelante esa lista de espera. Eso implica contratar más profesionales y prolongar la jornada de aquellos que voluntariamente quieran hacerlo. La consecuencia, desde nuestro punto de vista, debería ser la reducción progresiva, hasta prácticamente desaparecer, de los conciertos con entidades privadas, y la atención de los pacientes protegidos por el sistema público entendemos que debe realizarse en los centros públicos.
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