Publicado en ABC Javier Ansorena, corresponsal en Nueva York, informa de que hubo un tiempo en el que una empresa no podía ser la propietaria de una clínica dental o estética en EE.UU. Esa era la teoría que dominaba en la mayoría de los estados: si solo un individuo, y no una compañía, está facultado para practicar una endodoncia o una operación estética, entonces solo la persona con esa licencia puede ser el dueño de la clínica. Con el tiempo, esa idea ha cambiado, muchas veces a petición de los propios profesionales sanitarios, ávidos de los beneficios fiscales y legales de trabajar bajo el paraguas de una compañía. Por ello, la mayoría de los estados aprobaron figuras corporativas específicas para este tipo de clínicas, en las que se seguía exigiendo que el dueño de la compañía fuera una persona con licencia para esas actividades sanitarias. Cada estado es un mundo, y, en los últimos años, algunos han ido más allá y han permitido que el dueño no sea un profesional sanitario. Seis de ellos -Arizona, Misisipí, Nuevo México, Dakota del Norte, Ohio y Utah- permiten que las clínicas sean propiedad de compañías o individuos que no tengan licencia, otros dos -Michigan y Nebraska- no han regulado este asunto, mientras que Kentucky y Wisconsin tienen regulaciones contradictorias al respecto, y los límites sobre quién puede ser el propietario de la clínica no están claros.