Publicado en Con Salud En 2010 la depresión ocupó el cuarto puesto en el ranking mundial de carga de enfermedad (suma de años vividos con mala calidad de vida) en el mundo occidental y se calcula que para el año 2030 ocupará el primer puesto. Al sufrimiento humano, hay que añadirle los enormes costes, para los servicios de salud y para la sociedad en general. Alrededor del 70% de estos costes son atribuibles a la falta de productividad en el trabajo y las bajas laborales. Actualmente existen tratamientos para la depresión que son razonablemente eficaces. Sin embargo, estos tratamientos sólo consiguen reducir la carga de enfermedad en un 20-30%, porque no todos los casos de depresión son diagnosticados en las consultas; cuando son diagnosticados, no todos reciben el tratamiento adecuado, y cuando lo reciben, muchos pacientes no siguen los tratamientos. Por eso, si se consiguiera impedir que los episodios de depresión ni siquiera comenzaran, se podría evitar gran parte del sufrimiento y de los costes que produce esta cruel enfermedad. La forma de conseguirlo es mediante la prevención.