Odontofobia, o el miedo a ir al dentista, afecta a casi la mitad de adolescentes españoles (48,3%) y se estima que “tres de cada 10 personas tienen un miedo que puede provocarles que eviten una visita odontológica”, y es que así lo indica la odontóloga de Sanitas Dental, Patricia Zubeldia.
Si nos referimos a las personas mayores el porcentaje se reduce al 40,3%, mientras que los niños, al contrario de lo que en principio se pudiera pensar, son los que presentan menor fobia con un 28,9%.
No acudir al dentista por temor “puede convertirse en un problema, ya que eludir el tratamiento puede provocar un deterioro de la salud dental; a esto se suma un sentimiento de culpa, ansiedad y, muchas veces, vergüenza, que refuerzan la actitud de evitar ir al dentista”, señala la experta.
Consejos para evitar la odontofobia
El dolor, la postura incómoda, la incertidumbre ante el procedimiento que nos van a hacer, así como el coste económico del tratamiento son algunas de las causas de la odontofobia. Para facilitar la comodidad y el bienestar de las personas que sufren esta fobia y ansiedad en la clínica dental, Sanitas ha lanzado un proyecto: la sedación consciente para pacientes dentales.
Con este método “se elimina la sensación de ansiedad o estrés y permite que la experiencia sea más agradable al mismo tiempo que facilita el trabajo del profesional”, explica la odontóloga que, añade como el paciente, además, permanece consciente y preserva la capacidad de respuesta ante estímulos verbales del dentista colaborando en el tratamiento.
La sedación inhalatoria consiste en administrar una serie de gases a través de una mascarilla nasal para que el paciente alcance un estado de tranquilidad y relajación controlado por el odontólogo. Este tipo de sedación se realiza en la propia clínica y es una opción disponible para todo tipo de pacientes. Como explica Zubeldia, “está indicada para todo tipo de tratamientos odontológicos con excepción de cirugías complejas y su utilización en odontopediatría está muy extendida, ya que hace que la experiencia del niño sea más agradable; también se utiliza en pacientes con discapacidad, aquéllos con dificultades motoras de difícil manejo y en casos de ansiedad”.
Por su parte, la sedación intravenosa consiste en la administración de fármacos sedantes por vía intravenosa que el organismo asimila con rapidez y permite adaptar de manera continua la dosis al paciente. Se realiza siempre bajo la supervisión de un anestesista y está indicada para tratamientos odontológicos más complejos, como la colocación de más de tres implantes, regeneraciones óseas, elevaciones de seno o extracciones complejas.
Además de estos trucos, la odontóloga hace mención a otros para hacer frente a la visita al dentista, como el hecho de que “es importante tener claro qué se teme exactamente, para poder evitar o no esa práctica; debemos acudir a una clínica de confianza y pedir información del tratamiento que vamos a recibir”. Además, “es bueno tener presente que ir acompañado ayuda a minimizar el estrés de la visita así como explicar al personal de la clínica que tiene odontofobia”, concluye Zubeldia.
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