La emisión ineficiente de fármacos de marca en lugar de alternativas más económicas, cuesta miles de millones de dólares en Estados Unidos

Casi 73.000 millones de dólares, y es que esa fue la cantidad que entre 2010 y 2012 se gastaron en Estados Unidos en fármacos de marca, en lugar de alternativas más económicas, según un estudio reciente. Buena parte de esa cuantía económica, fue abonada por los pacientes.

Como informa Reuters, el doctor Michael Johansen de la Universidad de Ohio en Columbus, autor principal del estudio, y la doctora Caroline Richardson de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, analizaron información sobre 107.132 usuarios de medicamentos durante el período 2010-2012.

En JAMA Internal Medicine, los autores publican que hasta el 62% de los pacientes consumieron fármacos de marca y que alrededor de un tercio usaba una versión dentro de la sustitución terapéutica.

Una forma de indicar medicamentos en forma más eficiente es pedir versiones genéricas más baratas para reemplazar a las de marca. Por ejemplo, en vez de recetar la estatina Crestor de AstraZeneca, para reducir altos niveles de colesterol, se puede indicar rosuvastatina, que es el genérico del Crestor.

Otra manera, no tan aceptada, es la sustitución terapéutica. Siguiendo con el ejemplo de la estatina; el paciente recibe una estatina, pero no la misma que estaba tomando. Es decir, podría recibir atorvastatina que, es el genérico de Lipitor de Pfizer, o simvastatina, la versión más económica del Zocor de Merck. En definitiva, se trata de que el paciente reciba el producto más económico de la misma clase farmacológica.

Un gran ahorro se habría logrado con sustituciones terapéuticas
Los investigadores estiman que durante el período estudiado se gastaron unos 73.000 millones de dólares en fármacos de marca de manera ineficiente entre un total de 760.000 millones de dólares desembolsados en medicamentos con receta. Y casi 25.000 millones de los 175.000 millones de dólares que gastaron los pacientes en sus medicamentos durante el mismo período se podrían haber ahorrado con sustituciones terapéuticas.

La cifra que estamos gastando en fármacos de marca es realmente alto. Al menos por lo que muestra este estudio, los pacientes están soportando una cantidad desproporcionada de las ineficiencias en la forma en que recetamos”, afirma Johansen.

A tenor de los resultados, es evidente que la sustitución terapéutica reportaría a las “bolsillos” de los pacientes un gran ahorro, por lo que Johansen considera que la clave para avanzar en la sustitución terapéutica es en primer lugar alcanzar la mayor coordinación entre los médicos.

Una voz autorizada como es la del doctor Joseph Ross, editor asociado de JAMA Internal Medicine y profesor asociado de la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut, afirma que “para aprovechar los beneficios de la sustitución, necesitamos universalizar el uso de protocolos sistemáticos, que coincidan con el juicio médico, en cuanto a cuándo el reemplazo terapéutico es beneficioso y cuándo no lo es”.
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