Publicado en ABC La autofagia es el proceso por el que las células digieren sus orgánulos menos útiles o deteriorados para ‘sanearse’ y, a la vez, lograr energía. Un proceso de ‘autocanibalismo’ que, lejos de resultar infrecuente, es llevado a cabo por todas las células cuando se encuentran en un entorno en el que escasean los nutrientes. También por las células cancerígenas, que deben recurrir a la autofagia ante el rápido crecimiento del tumor –la superpoblación de células tumorales conlleva una escasez de oxígeno y alimentos– y poder migrar a otros órganos en los que ‘abunden’ los recursos –la consabida ‘metástasis’, mediante la cual el tumor invade otros órganos–. De hecho, esta autofagia es tan importante que su inhibición impide que los tumores puedan expandirse por el organismo. Así lo muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Chicago (EE.UU.), en el que se sugiere que la inhibición de esta autofagia podría ser empleada para evitar las metástasis y, por tanto, aumentar notablemente la supervivencia de los pacientes. Y es que las metástasis son responsables de hasta un 90% de las muertes por cáncer.