El exceso de pruebas médicas perjudica seriamente la salud

Según la Organización Mundial de la Salud cada año se realizan más de 3.600 millones de radiografías, 37 millones de procedimientos de medicina nuclear y 7,5 millones tratamientos de radioterapia, y en la mayoría de los casos, por raro que pueda parecer, se realizan por petición expresa del paciente.

La jefa del servicio de Radiología del Hospital de Talavera, la Dra. Paloma García-Iñigo, admite que “se realizan muchas pruebas injustificadas y se radia a la gente innecesariamente“, refiriéndose a pruebas que emiten radiaciones ionizantes como las radiografías o las tomografías computarizadas (TAC).

Más del 90% de las exposiciones a estas radiaciones provienen de usos médicos, que han aumentado considerablemente en los últimos años“, indica Antonio Gil, jefe de servicio de Protección Radiológica del Hospital de Ciudad Real. La OMS advierte que estas radiaciones ionizantes se asocian a un mayor riesgo de cáncer e indica que los niños son especialmente vulnerables.

La doctora García-Íñigo apunta que las posibles consecuencias de la radiación para salud son la leucemia, linfomas, tumores de gónadas o infertilidad. Además, dado que las dosis son acumulativas, el riesgo aumenta a medida que se recibe radiación a lo largo de la vida. La radióloga explica que la cantidad de radiación recibida depende del número y del tipo de pruebas realizadas. Un TAC de cráneo equivale a 50 placas de tórax, y un TAC de abdomen a unas 500”. Además, entre una prueba y otra pueden pasar varios meses, por lo que aparte del daño para la salud y del gasto sanitario, se retrasa el diagnóstico. Los expertos aclaran que las radiografías y pruebas avanzadas como el TAC son muy útiles, pero solo cuando son necesarias.

Con el fin de evitar el abuso de la radiación y de que se realicen pruebas indiscriminadamente, la Unión Europea ha aprobado una nueva directiva que establece que los equipos médicos deben contar con medidores para registrar el historial de dosis radiológica de cada paciente. “Así saltarán alertas cuando se supere determinado rango“, señala Íñigo. Además, los médicos cuentan con guías clínicas que indican qué pruebas son mejores en cada caso, como ecografías o resonancias magnéticas, que no emiten radiaciones ionizantes.

Sin embargo, tal y como reconoce la doctora García-Íñigo, no siempre se siguen estos protocolos porque, en muchas ocasiones, los médicos ejercen una medicina de defensiva, es decir, “solicitan pruebas a demanda de los pacientes por miedo a denuncias o para descartar opciones”, comenta. Casi el 35% de las pruebas por imágenes se ordenan principalmente como una defensa contra las demandas, no debido a una verdadera necesidad médica.

Otra de las posibles razones que explican la solicitud excesiva de este tipo de pruebas es que, como confirma una encuesta reciente, los pacientes no son advertidos por sus médicos acerca de los riesgos de la radiación, por lo que no sorprende el hecho de que tantos pacientes no sean conscientes o tengan suposiciones erróneas acerca de los peligros de la radiación médica.
..Susana Calvo

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