El agua “dura” está ligada al riesgo de eczema en bebés

Los altos niveles de dureza del agua en el hogar pueden estar relacionados con el desarrollo temprano de eccema, de acuerdo con un nuevo estudio dirigido por el King’s College de Londres.

El eczema afecta a alrededor de una quinta parte de los niños en el Reino Unido. Se cree que el deterioro de la barrera cutánea y la piel seca son los desencadenantes del eczema en los primeros años de vida, en parte, por la predisposición genética. Los factores ambientales también pueden contribuir a la ruptura de la barrera cutánea, incluyendo la dureza del agua y el cloro en el agua de la casa. En el Reino Unido, el agua para uso doméstico tiende a ser más dura en el sur que en el norte, y la prevalencia del eczema sigue la misma tendencia.

Estudios previos realizados en el Reino Unido, España y Japón han demostrado asociaciones entre la dureza del agua doméstica y el riesgo de eczema en niños en edad escolar. Sin embargo, la relación entre la dureza del agua y el eczema no se ha estudiado en la primera infancia.

En el estudio más reciente, publicado en el Journal of Allergy and Clinical Immunology, se examinó la relación entre la dureza del agua y las concentraciones de cloro en el agua de los hogares, el daño a la barrera natural de la piel y el eczema en la infancia.

Los investigadores reclutaron a 1.300 bebés de tres meses de edad, de familias de todo Reino Unido que participaron en el estudio EAT (http://www.eatstudy.co.uk/) y recogieron datos de los niveles de carbonato de calcio (es decir, la dureza del agua) y el cloro en el agua de los hogares de distribuidores de agua locales.

Se comprobó la dermatitis atópica en los recién nacidos (eczema infantil) y se evaluó la función de la barrera cutánea mediante la medición de la pérdida de agua transepidérmica (TEWL) en la piel de un antebrazo no afectado. También se examinaron las mutaciones del gen de la filagrina (FLG), que codifica una proteína clave de la barrera cutánea. Las mutaciones en el gen FLG implican un deterioro de la barrera cutánea, lo que permite que los alérgenos penetren en la piel y predispongan al cuerpo a tener una respuesta alérgica. También se recogió información sobre el uso del descalcificador de agua en el hogar, la frecuencia de baño y el uso de cremas hidratantes y productos de baño.

Vivir en una zona de agua dura se asoció con un 87% de aumento del riesgo de eccema a los tres meses de edad, independientemente del contenido de cloro del agua doméstica. El riesgo tendió a ser mayor en niños con mutaciones en el gen FLG de la barrera cutánea, aunque estos últimos resultados no fueron estadísticamente significativos.

Aunque el estudio trató de tener en cuenta posibles factores de confusión, como la frecuencia de baño y el uso de jabones y champús, el cuidado de la piel y las prácticas de higiene podrían haber cambiado en el momento de la inscripción en el estudio debido a la temprana aparición de eczema o piel seca. El estudio tampoco tuvo información sobre la exposición de los niños a las piscinas, que contienen niveles de cloro mucho más altos que el agua doméstica y podrían tener un efecto perjudicial adicional sobre la función de la barrera cutánea y el riesgo de eczema.

El Dr. Carsten Flohr, el autor principal, del Instituto San Juan de Dermatología en el King’s College de Londres y de la Guy’s and St. Thomas NHS Foundation Trust, dijo: “Nuestro estudio se basa en la creciente evidencia de una relación entre la exposición al agua dura y el riesgo de desarrollar eccema en la niñez. Todavía no está claro si el carbonato de calcio tiene un efecto perjudicial directo en la barrera de la piel, o si otros factores ambientales relacionados directamente con la dureza del agua, tales como el pH, pueden ser responsables“.

Las interacciones entre la dureza y los niveles de cloro, otros componentes químicos del agua y la microflora de la piel también pueden jugar un papel, y esto justifica una mayor investigación. Estamos a punto de iniciar un ensayo de viabilidad para evaluar si la instalación de un descalcificador de agua en los hogares de niños con alto riesgo cerca del momento del nacimiento puede reducir el riesgo de eczema y si la reducción de los niveles de cloro aporta algún beneficio adicional“.

El Dr. Michael Perkin, principal autor de la Universidad St. George de Londres, dijo: “El EAT estudia a lactantes reclutados de toda Inglaterra y Gales. Después de haber estudiado a este grupo de niños meticulosamente, somos capaces de ver diferentes factores desde el punto de vista geográfico, como la dureza del agua y los niveles de cloro, en esta única cohorte“.

El equipo de investigación ha recibido recientemente financiación a través de un premio del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) otorgado al Dr. Flohr para estudiar en más detalle el efecto de la dureza del agua en la piel neonatal. Ya están en marcha los preparativos para determinar si la instalación en los hogares de un dispositivo para rebajar la dureza del agua cerca del momento del nacimiento puede reducir el riesgo de que un lactante desarrolle eccema. El reclutamiento para este nuevo estudio se iniciará a finales de este año.

El ministro de Ciencias de la vida, George Freeman, MP, dijo: “El eccema puede ser una enfermedad dolorosa y angustiosa, y con la inversión en investigación para desarrollar una mejor comprensión de la relación entre la dureza del agua y el eczema espero que podamos ayudar a evitar más sufrimiento a miles de niños”.

Con nuestro compromiso de invertir £ 1bn cada año de este parlamento en el Instituto Nacional para la Investigación de la Salud, estamos financiando avances médicos de alto nivel que pueden mejorar los resultados de los pacientes y ayudar a evitar costos de tratamiento innecesarios“.
..Susana Calvo

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