La proteína PI3K: Una posible nueva diana terapéutica para tratar tumores neuroendocrinos pancreáticos

Un equipo de investigadores del grupo de investigación “Vías de señalización de la angiogénesis”, del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), dirigido por la Dra. Mariona Graupera, ha dado a conocer el potencial beneficio terapéutico de un inhibidor selectivo de la proteína PI3-quinasa (PI3K) para los tumores neuroendocrinos de páncreas (PanNETs). El estudio, publicado en la revista Clinical Cancer Research, proporciona un avance significativo en la comprensión de la función de señalización de PI3K en el cáncer y abre nuevas oportunidades terapéuticas para éste y otros tipos de cáncer.

El tumor neuroendocrino pancreático, a menudo conocido como “tumor de células de islotes pancreáticos”, es un tipo de cáncer que se origina a partir de las células liberadoras de la hormona en el páncreas. Éstos tumores representan aproximadamente el 2% de los nuevos casos de cáncer de páncreas. Durante las últimas 2 décadas, se han identificado pocos tratamientos eficaces para este tipo de cáncer, ya que la heterogeneidad de los PanNETs ha complicado el diseño de terapias dirigidas.

Se sabe que las mutaciones en la vía de señalización de la proteína PI3K se producen en 16% de los pacientes con PanNETs; En el presente estudio, los investigadores evaluaron la frecuencia de activación de la vía PI3K en 40 muestras de tumores humanos y en un modelo de ratón con PanNETs, y se investigó la eficacia terapéutica de la inhibición de esta vía en ratones usando inhibidores genéricos y específicos de isoformas de PI3K.

El equipo de la Dra. Graupera observó que, o bien la inhibición genética o farmacológica de una única isoforma específica de la PI3K, llamada p110α, es suficiente para inducir la muerte de las células tumorales y comprometer el crecimiento de los vasos, lo que bloquea la progresión del tumor y la metástasis. Esto es particularmente relevante ya que los inhibidores selectivos de isoformas son propensos a exhibir una menor toxicidad en comparación con los inhibidores genéricos, por lo que unas dosis superiores del fármaco, capaces de lograr la inhibición completa de la vía, pueden ser toleradas.

Estos resultados no sólo se muestran prometedores para una nueva terapia dirigida para el tratamiento de esta patología – los inhibidores de PI3K ya se utilizan en la práctica clínica -, sino que también desentrañan una nueva función de la quinasa PI3K en la biología del cáncer a través de su papel en fomento de la metástasis. El grupo de investigación ahora se centrará en comparar la eficacia de este tratamiento con otras terapias dirigidas en pacientes con mutaciones de PI3K.
..Susana Calvo

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