Publicado en El Mundo Arantxa sabe muy bien lo que es tener una recaída. Tiene 44 años y se ha enfrentado dos veces al cáncer. Las dos ha vencido. La primera vez, la enfermedad apareció en 2008 (cáncer de mama) y la segunda, dos años más tarde (mama y pezón). Ahora, seis años más tarde, está curada, feliz y con las mismas ganas de siempre de seguir adelante. Por su familia, por sus hijos, por ella. También con miedo ante una posible recaída. Pero el miedo es libre, humano y estará presente de por vida. «El miedo a que al cáncer reaparezca no se va nunca, y no se te irá en la vida, pero aprendes a vivir con él. Lo importante es que no condicione tu día a día», confiesa a EL MUNDO. Ese temor se hace más evidente los días previos a una revisión: «Ahí es realmente cuando más consciente eres, y cuando yo me pongo más nerviosa. De hecho, mi marido, 10 días antes ya me lo nota». «Cuando diagnostican un cáncer es siempre una sorpresa. Sin embargo, cuando has pasado ya por ello sabes que la amenaza es real», explica Patrizia Bressanello, psicóloga de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Cualquier enfermedad puede reaparecer, pero en el caso del cáncer «los procesos de recuperación son muy largos: se suele hablar de cinco años libres de enfermedad para poder hablar de curación», afirma, aunque tampoco ese tiempo garantiza la absoluta curación.