Sería un error pensar que la caries es un “mal exclusivo” de adultos, y es que puede afectar a cualquier persona sin hacer ningún distingo por su edad o tipo de diente, ya sea de leche o permanente.
Por falta de información, muchos padres creen que la caries en sus hijos pequeños solamente hace “acto de presencia” en los dientes de leche y, cuando estos se caen y son sustituidos por los permanentes, ya no volverá aparecer. Sin embargo, la realidad es completamente distinta, y es que la caries que estuvo en un diente de leche, y este no fue tratado, se puede propagar al diente permanente que le sustituyó.
Jenny Abanto, profesora de odontología pediátrica en la Facultad de Odontología de la Universidad de São Paulo, en Brasil, explica que es probable que aquellos niños que tuvieron caries durante la niñez puedan sufrir la molestia en algunos años. ¿El motivo cuál sería? La herencia de los malos hábitos de salud oral, malos hábitos que pueden ir desde la propia responsabilidad de quien tiene la caries, un niño, y de quienes deben inculcarle unos hábitos de salud óptimos, como son sus padres.
Las infecciones que no son tratadas en los dientes de leche se pueden propagar a los dientes permanentes, y eso es porque afectan al folículo del diente sucesor (el diente permanente en desarrollo). A su vez, esta afección puede traducirse en un problema en la erupción del diente permanente, así como en el mismo desarrollo de su estructura (manchas, cambios en el esmalte etc.), que solamente es evidente cuando sale el diente permanente o definitivo.
“En la primera infancia, el niño está formando sus hábitos de salud que perpetúan por toda la vida. Así que, si durante este período deja de cuidar de la higiene bucal y de la alimentación, puede seguir con este comportamiento durante toda la vida”, concluye la profesora.
..Redacción
