El primer debate de investidura ha dejado clara la poca importancia que tiene el ámbito sanitario para los partidos políticos. No obatante, aunque no ha habido ninguna propuesta nueva, todos han coincido que tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo,
Por un lado el candidato a presidente del gobierno, Mariano Rajoy, ha obviado las referencias a sus acuerdos sanitarios con Ciudadanos, tales como la reducción de las listas de espera, un portal de transparencia del Sistema Nacional de Salud, mejora del acceso a la tecnología innovadora, seguir impulsando las centrales de compra o la aprobación de una ley de muerte digna. Solo ha tenido palabras para recordar que de cada 100 euros que gasta el Estado 14 se dedican a Sanidad, asegurando que “los aquí presentes tenemos la obligación de preservarlo y mejorarlo”.
Sin embargo, su principal “oponente”, ha sido más directo, incisivo y ha mencionado la sanidad solo para “atacar” al PP, mencionando algunas de sus “cojeras” en la legislatura pasada, asegurando que ha expulsado a 870.000 ciudadanos de la cobertura sanitaria, que introdujo el copago farmacéutico a los pensionistas, recortó a 90 días la tarjeta sanitaria a los jóvenes emigrantes, recortó 7.000 millones de euros de la Sanidad Pública, y expulsó a 30.000 profesionales del sistema. Sin mención alguna a las necesidades del sector.
En cuanto a Podemos, tercer partido del Congreso, Pablo Iglesias se ha apropiado de los profesionales sanitarios afirmando que “son nuestra gente”, pero ha sido muy crítico asegurando que “con ustedes a los mandos del gobierno ha habido recortes en sanidad”. También ha vuelto a demostrar que mantiene un discurso muy ideológico al pedir “evitar que la sanidad privada siga parasitando nuestro sistema público”.
Desde Ciudadanos, el socio de Rajoy, Albert Rivera, ha pedido cambios, y ha asegurado que el objetivo es revertir los recortes y haciendo hincapié en la necesidad de dialogar para lograrlo.
..Lola Granada
