El Grupo Oncológico para el Tratamiento y Estudio de Linfomas (GOTEL) denuncia que cada vez hay menos oncólogos que se dediquen a esta patología, lo que hace que sólo un 6% de los pacientes sean vistos por profesionales especializados en sus primeras fases de diagnóstico y que se retrase el inicio del tratamiento.
Y es que con motivo del Día Mundial del Linfoma que se celebra este jueves 15 de septiembre, esta entidad ha difundido estos datos que muestran como hasta el 42% de estos pacientes son tratados por un especialista en Medicina General, algo que para Ramón García, secretario de GOTEL, resulta “abrumador”.
Según los especialistas, unos de los escollos es la elevada especialización que requiere, así como el reciclaje continúo, lo que ha hecho que en los últimos años tenga “un menor peso en la sociedad científica y que menos oncólogos se dediquen a ello”, señala este.
A la escasez de profesionales se une el retraso en el diagnóstico y, más aún, en el estadiaje del tumor una vez que se ha detectado, clave para iniciar el tratamiento.
“No sólo encontramos una barrera en la detección del linfoma, que en numerosas ocasiones se confunde con patologías comunes debido a la sintomatología inespecífica, sino que además en numerosas ocasiones se retrasan los estudios que nos dirán qué tipo de linfoma es y en qué fase se encuentra”, detalla el experto. Esto se debe a que son necesarios estudios de TAC y PET y un correcto análisis patológico y molecular, que requiere una gran preparación profesional y que no siempre está disponible o se realiza con celeridad.
El secretario del GOTEL admite que en el caso del linfoma es necesario el establecimiento de circuitos rápidos “como ya se hace con otros tumores” y, asimismo, también trabajan en una red de ‘centros de excelencia’ en el tratamiento y estudio de linfomas que contribuyan a vehicular y organizar estudios clínicos y de tratamiento de esta patología.
Mejor supervivencia y curación, el dato positivo gracias a la inmunoterapia y fármacos biológicos
No todo va a ser negativo, y es que frente a estos problemas, el dato positivo para los especialistas de GOTEL es la mejora de la supervivencia y las buenas perspectivas en los tipos de linfoma más agresivos gracias a la llegada de la inmunoterapia y los fármacos biológicos, que los han convertido en un modelo de enfermedad oncológica curable.
“Estamos desarrollando investigaciones moleculares para determinar las causas que producen que un linfoma folicular se vuelva agresivo. Además, estamos testando nuevos fármacos biológicos como tratamiento alternativo combinado con la quimioterapia en linfomas B difuso de células grandes”, destaca García.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), de los dos grandes grupos de linfomas, el no Hodgkin, se calcula que la incidencia en España es de 12,3 casos por cada 100.000 varones/año y 10,8 en el caso de las mujeres. Ocupa el séptimo lugar en incidencia por tipo de cáncer tanto en hombres como mujeres. En España se diagnostican unos 3.100 casos nuevos al año en hombres y 2.400 en mujeres. La incidencia se encuentra en la franja media/alta respecto a Europa y el resto del mundo, aunque se ha incrementado en los últimos años.
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