A propósito de la profesión médica, dice el autor

… Que la medicina de nuestro país tiene grandes virtudes y hay que valorar los grandes avances de la medicina, así como la investigación que se realiza para lograr las mismas.

… Que el médico camina hacia la pérdida de su prestigio de experto en el hombre, para pasar a ser un burócrata.

… Que se quiere convertir la profesión médica en una ciencia exacta. Y no hay nada más lejos de ello. La medicina, sin duda, es ciencia, pero también es arte y oficio.

… Que se ha creado un dogmatismo de la técnica muy peligroso para la buena práctica de la medicina, una fe excesiva en todo lo que viene con la etiqueta de la ciencia.

… Que es un riesgo anunciar al enfermo las posibles complicaciones, para así el médico cuidar su reputación (dogmatismo médico) ante su posible aparición y generando en el enfermo una angustia y un riesgo de somatización de la misma.

…Que en poco tiempo la medicina pasó de ser una profesión humilde a ser una de las más brillantes ocupaciones sociales, y eso conlleva el riesgo de que se ponga por delante el enriquecimiento por la profesión a otros valores.

… Que el problema de la plurifarmacia es ya un problema de hace 100 años. Que fuera de España se dan más consejos alimentarios y sobre hábitos de vida que aquí. Afirma que “Muchos médicos suponen todavía que el curar a los enfermos es aplastar a cada uno de los síntomas con tormentas de drogas”.

… Que ya el Padre Feijóo en el Siglo XVIII afirmaba, a ese respecto, que “el error pernicioso es tener por los mejores médicos a aquellos que recetan mucho, frente a los que son parcos en recetar. Con estos falsísimos supuestos, los enfermos buscan al médico más recetador, que es lo mismo que buscar a un homicida costoso”.

… Que una de las plagas de hoy es la muchedumbre de incapaces que dominan las técnicas y adquieren por ello una peligrosa responsabilidad social.

… Que la exploración física se abrevia cada vez más por los nuevos métodos de investigación, por datos analíticos, deshumanizados, carentes de la contemplación de la personalidad del enfermo, tan importante como cualquier etiología. En esa línea apunta al diagnóstico etiológico, que considera a la persona y sus circunstancias así como las de su familia.

… Que, cada vez más, el paciente es indisciplinado ante el médico y ante el hecho de enfermar. Hay una creciente resistencia al sufrir y exige que el milagro de la medicina ocurra en todos los casos. El ritmo de vida es incompatible con las enfermedades que lo irrumpen. La autoridad personal del médico ha sido atropellada por la prisa en el curarse.

Podrían estas reflexiones estar publicadas ayer mismo. Sin embargo están publicadas hace nada menos que 52 años. Su autor: D. Gregorio Marañón. El libro: “La medicina y nuestro tiempo”. Un verso suelto que entendía que el cariño a su profesión le impedía guardar silencio ante los problemas que entendía la misma tenía.

Que cada cual saque sus conclusiones, pues da que pensar…

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