30 médicos, y es que ese es el número de facultativos que siguen vivos en la sección Este de la ciudad de Alepo que, sitiada desde julio por las fuerzas del Gobierno sirio, día a día nos llegan imágenes devastadoras de dolor y sufrimiento.
Entre los médicos que sobreviven solamente hay dos pediatras, cuatro obstetras y escaso personal de enfermería para una población en la que hay más de 250.000 personas, incluyendo 85.000 niños, tal y como denuncia el pediatra sirio Abd Arrahman, representante de la Asociación Médica Siria. Además, desde este pasado sábado toda la ciudad está sin agua corriente que, unido al escaso material médico del que se dispone, dificulta sobremanera la labor de atención a los heridos de los bombardeos que, en este último fin de semana, las aviaciones siria y rusa acabaron con la vida de 284 personas.
Según el médico activista quien, cuenta con el respaldo de la Sociedad Médica Sirio-Americana y de la ONG Médicos para los Derechos Humanos, en el área sitiada de Alepo, solamente este pasado domingo hubo 400 heridos, entre los cuales había 61 niños.
Tampoco se cuenta con material ortopédico ni quirúrgico o sangre para transfusiones, mientras que sólo ocho hospitales siguen funcionando, la mitad de ellos de manera parcial. Algunas unidades de cuidados intensivos se encuentran en pésimo estado y con ventiladores respiratorios estropeados, lamentó.
Desde que empezó la guerra más de la mitad de médicos abandonaron Siria
Arrahman afirma que ninguno de los recintos que siguen dispensando atención médica cumple con los estándares internacionales y que algunos son incluso casas acondicionadas para recibir enfermos y heridos.
“Más de la mitad de doctores han abandonado Siria desde que empezó la guerra (abril de 2011) y su número en Alepo se reduce cada vez más”, lamenta, tras afirmar que hace tres meses había noventa médicos trabajando en el este de la ciudad.
“Hay médicos sirios dispuestos a ir a Alepo para atender a la gente, pero el cerco militar les impide hacerlo”, explicó Arrahman quien, ofreció su testimonio ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que se reúne en Ginebra.
Destruir todo el sistema sanitario de Alepo
La guerra civil en Siria sigue unas directrices contra el sistema sanitario, y es que como relata Arrahman, estos son “los ataques gubernamentales simultáneos contra varios hospitales en la misma ciudad, lo que impide que los heridos puedan recibir atención”. “En Alepo el objetivo claro”, añade, “es destruir todo el sistema sanitario”.
Frente a la magnitud de las necesidades médicas en Siria, la Sociedad Médica Sirio-Americana estableció un centro para la formación en enfermería en Alepo, pero como denuncia el representante de esta entidad, Mazen Kawara, también fue bombardeado el pasado mes de agosto.
“Los hospitales y todos los lugares asociados a éstos se han convertido en los lugares más peligrosos de Siria”, afirma.
Mientras la situación es crítica en el este de Alepo y la entrada de cualquier ayuda exterior está totalmente bloqueada, en la parte occidental de la ciudad, que está controlada por el gobierno, los suministros sanitarios, en las últimas semanas, indica Kawara.
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