Cuatro de cada diez ancianos toma al menos siete fármacos

Cuatro de cada diez ancianos toma más de siete fármacos diferentes, según los resultados del estudio PYCAF, en el que han participado 2.461 pacientes mayores de 65 años. La investigación ha sido impulsada por médicos residentes, y apoyada por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), con el objetivo de determinar la prevalencia y las principales características clínicas y socio-sanitarias de los ancianos frágiles de las consultas de Atención Primaria.

Una representación de los doctores partícipes en este estudio ha dado a conocer los principales resultados. Entre ellos, han destacado que el 57,2% de los ancianos encuestados presenta una “salud frágil”, tomando como referencia que han respondido de forma afirmativa al menos una pregunta del test de Barber, un cuestionario diseñado para detectar el riesgo psicosocial que convierte al paciente en una persona más vulnerable ante problemas de salud. Según esta definición, esta cifra se reduce al 40% entre los 65 y 69 años y aumenta al 83% en los mayores de 90.

Los antecedentes personales relatados con mayor frecuencia por los encuestados fueron hipertensión, dislipemia, artrosis, hiperplasia de próstata, diabetes, obesidad, catarata y cardiopatía isquémica. Casi el 90% de los participantes tomaba tres o más fármacos, y cerca del 50% tomaba siete o más. Los fármacos cardiovasculares más utilizados fueron hipotensores, hipolipemiantes, antiagregantes y antidiabéticos orales. Entre los medicamentos no cardiovasculares, destacaron los gastroprotectores, analgésicos, urológicos (HBP), broncodilatadores y ansiolíticos.

Por otro lado, el 9,3% de las personas estudiadas tenía bajo peso, el 38,7% sobrepeso y el 33,1% tenía obesidad en diverso grado. Las mujeres mostraron patrones más extremos con mayor frecuencia de peso normal y bajo, y al mismo tiempo, mayor frecuencia de obesidad moderada y mórbida. La prevalencia de riesgo cardiovascular elevado debido a la circunferencia de la cintura fue de 64%, superior en las mujeres (74,5%) que en los hombres (51,8%). Respecto al tabaquismo, el 9,9% de los encuestados reconoció ser fumador habitual. La prevalencia fue superior en los hombres respecto a las mujeres.

El estudio PYCAF, que ahora se encuentra en la segunda fase de reclutamiento, también ha detectado diferencias entre la edad vascular y la biológica. En los hombres fue 1,7 años mayor la edad vascular y en las mujeres 0,13. Las personas más jóvenes tuvieron hasta 6 años más de edad vascular respecto a la biológica. Esta situación se invertía a medida que aumentaba la edad, de forma que a partir de los 80 años la edad vascular era menor que la biológica.

El aspecto positivo lo ha aportado el control de la presión arterial. El 61,2% de los hipertensos la controlada, mejor los hombres que las mujeres. En el caso de la diabetes, el 65,2% estaba controlado, ligeramente mejor también los hombres. La dislipemia estaba peor controlada, en porcentajes que oscilaban entre el 33 y el 48% según los criterios, y también mejor en los hombres que en las mujeres.

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