Un estudio del Marañón detecta la fragilidad como factor de riesgo en ancianos infartados

La Sociedad Española de Geriatría ha premiado un trabajo del Hospital Gregorio Marañón que analiza la conveniencia de realizar angioplastias primarias en pacientes ancianos que han sufrido infarto de miocardio, concretamente se ha detectado la fragilidad como factor de riesgo en estos pacientes. Es un procedimiento endovascular que consiste en dilatar una arteria ocluida para restaurar el flujo sanguíneo.

Un estudio del Hospital General Universitario Gregorio Marañón analiza la conveniencia de realizar angioplastias primarias en pacientes ancianos que han sufrido infarto de miocardio y estudia la fragilidad y el estado funcional de estos pacientes como factores de riesgo en la mortalidad hospitalaria. El trabajo demuestra que la fragilidad, parámetros de malnutrición y el deterioro de la funcionalidad previa son índices de mortalidad precoz en estos pacientes.

La fragilidad es un concepto que evalúa parámetros como la actividad física del paciente, el cansancio fácil, la actividad de la marcha, la perdida de peso o la fuerza de presión en la mano, entre otros. El estudio analiza, como factor de riesgo, la fragilidad previa en pacientes ancianos que han sufrido un infarto de miocardio y que han sido sometidos a angioplastia primaria y permitirá conocer si los pacientes más frágiles se benefician de este mismo tratamiento y optimizar la selección de los pacientes que se someten a esta técnica.

El estudio se ha presentado como comunicación oral bajo el título “Fragilidad y Funcionalidad en pacientes ancianos sometidos a Angioplastia Primaria: Influencia en la mortalidad intrahospitalaria”, por residentes de Geriatría y dirigida por María Teresa Vidán Astiz, jefe de sección del Servicio de Geriatría del Hospital Gregorio Marañón en el Congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología celebrado este año, donde ha recibido el premio a la mejor comunicación oral del área clínica.

Estudio multicéntrico
La comunicación presentada forma parte de un estudio multicéntrico, que aún sigue en marcha. Dirigido por Albert Ariza, cardiólogo del Hospital de Bellvitge y en el que participan conjuntamente los Servicios de Cardiología y Geriatría del Marañón. En este análisis preliminar se evaluaron 278 pacientes sometidos a angioplastia primaria tras un infarto de miocardio, un procedimiento endovascular que consiste en dilatar una arteria ocluida con el fin de restaurar el flujo sanguíneo.

Los pacientes pertenecientes a cuatro hospitales españoles tenían una media de edad de 82 años, el 58% eran varones, sólo un 4% de los seleccionados tenían algún grado de demencia previa y el 18% tenía criterios de fragilidad.

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