El frío invernal y la bajada de temperaturas dispara las exacerbaciones por EPOC y fibrosis pulmonar idiopática

Mañana entra el invierno en España, pero ya hace días que el frío y las bajadas de temperatura hicieron acto de presencia en la Península Ibérica. Para las enfermedades respiratorias, estos dos elementos son sus grandes aliados, y es que patologías como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la fibrosis pulmonar idiopática, el frío invernal y el descenso de las temperaturas hace que se disparen las exacerbaciones y que muchos pacientes precisen ser hospitalizados inmediatamente.

En invierno, debido a las infecciones virales que proliferan, especialmente la gripe, los pacientes con EPOC ven empeorada su función pulmonar en mayor medida”, afirma el neumólogo José Luis López-Campos, del Hospital Universitario Vírgen del Rocío de Sevilla.

Estos cuadros de empeoramiento son el principal indicador de mal pronóstico de los pacientes respiratorios. De hecho, hay datos que indican a que un ingreso por exacerbación condiciona una mortalidad del 40% al año del ingreso.

En la estación de invierno es cuando se da el pico principal de ingresos por agudizaciones, mientras que durante el resto del año, esta frecuencia se reduce mucho, estando más asociada a problemas con el cumplimiento de la terapia. Por ello, como indica López-Campos es fundamental que los pacientes con EPOC se vacunen contra la gripe, ya que pueden servir como “detonante para la coinfección del paciente por otros virus o bacterias” que empeoran su evolución.

Según datos publicados por el Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME) en base a los resultados registrados durante el año 2015, la EPOC es la cuarta causa de muerte en España, manteniendo la misma posición que ocupaba en el año 2010. En España, aproximadamente 18.000 personas mueren cada año por la EPOC.

Respecto a la fibrosis pulmonar idiopática, algo en lo que coincide José Antonio Rodríguez-Portal, neumólogo del mismo hospital, es que también se da esa “correspondencia” clara entre el período invernal y la posibilidad de exacerbación, ya que la mayoría de los casos suceden entre noviembre y marzo. “Los motivos son muy diferentes, en muchos casos existe una relación causal entre el empeoramiento de la patología y las infecciones víricas así como el efecto de la contaminación, que aumenta en invierno ya que se utilizan muchos más combustible durante estos meses”, destaca.

En la Unión Europea afecta a más de 100.000 y cada año, son diagnosticados cerca de 35.000 nuevos casos de esta enfermedad que progresa inexorablemente con una baja expectativa de vida (de entre tres y cinco años).

Demora del pico de exacerbaciones
El problema que han observado ambos expertos es una demora del pico de exacerbaciones en ambos casos, ya que cada año llegan más tarde en España. ¿La razón? Lo asocian al incremento de la temperatura global, que está provocando un acortamiento y postergación de las estaciones frías. De hecho, en la actualidad se está llevando a cabo un estudio que trata de cifrar el impacto de los cambios meteorológicos en relación a la tasa de agudizaciones.

En cuanto a los consejos que los expertos dan, además de la vacuna, recomiendan no fumar, que lleven a cabo un programa diario de ejercicio físico adaptado a su estado. En el campo farmacológico, huelga decir que el tratamiento con la terapia broncodilatadora, su cumplimiento debe ser estricto, ya que “no solo controla la sintomatología de forma constante, sino que previene las exacerbaciones al mantener estable la patología”.
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