1 de cada 10 personas tendrá un episodio de cálculos renales a lo largo de su vida

Uno de cada 10 personas sufrirá un episodio de cálculos renales a lo largo de su vida, y es que así lo ha reconocido el jefe del Servicio de Urología del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid), Luis Llanes, que recuerda que además estos problemas presentan una recurrencia de entre el 50 y 70%.

Los cálculos se producen cuando la orina está sobresaturada de solutos que se acaban solidificando, de ahí la necesidad de mantener una adecuada y regular ingesta de líquidos para favorecer su disolución.

Como explica el doctor, cuando estos desechos presentes en la orina han cristalizado primero y se han convertido en piedras después, pueden desprenderse por el riñón y bajar por el uréter hacia la vejiga, provocando el temido cólico nefrítico, considerado como uno de los episodios de más dolor que el cuerpo humano puede padecer.

Si la expulsión de la piedra, de forma natural no se consigue, será necesario acudir a la cirugía que, según Llanes, hoy por hoy, este campo vive una etapa de desarrollo e implementación de las técnicas mínimamente invasivas.

Según la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER), son los cálculos de oxalato cálcico los más comunes, y es que representan el 55-60% de los casos. Por contra, los cálculos de cistina que aparecen si existen enfermedades asociadas a alteraciones del metabolismo  de la cistina son los menos comunes (1-3%).

El láser de Holmio Yag se ha convertido en la herramienta clave para la eliminación de los cálculos, bien como instrumento principal, bien como apoyo y complemento para otros procedimientos.

En el primero de los casos, y lejos de las cirugías abiertas, la endourología se sirve eficazmente del láser, puesto que al contrario de otras técnicas también mínimamente invasivas, la energía del láser permite pulverizar piedras y cristales de forma eficaz. “Fragmenta todas las litiasis, independientemente de su composición, con unos márgenes de seguridad muy altos: la capacidad de lesión en los tejidos es baja y además la posibilidad de movilización de la litiasis y su incrustación en el aparato urinario es escasa”, explica el especialista, lo que permite una recuperación más rápida.

La versatilidad es otra de las grandes prestaciones del láser, y es que se puede emplear también como herramienta de apoyo en diferentes técnicas. “Lo podemos emplear en la ureteroscopia cuando los cálculos se encuentran en el uréter, en la nefrolitotomía percutánea para grandes cálculos renales, en la cistolitotricia, para los de la vejiga urinaria, y para la cirugía intrarrenal retrógrada o ureteroscopia flexible, cuando se alcanzan los cálculos del riñón con un instrumento extraordinariamente fino desde el orificio de la uretra”, detalla el jefe de Urología del Hospital de Torrejón.

Según datos de ALCER, la prevalencia de litiasis renal en España se considera que es alrededor del 5%, aunque estudios recientes realizados en Andalucía aumentan esta cifra a un 16% en la población adulta entre 45 y 65 años.
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